Han pasado 60 años desde que nos dejó Marilyn Monroe falleció, pero su historia sigue todavía muy viva e inspira a muchas generaciones. Marilyn fue el rostro más reconocible de la época dorada de Hollywood y se convirtió en un icono y un símbolo sexual.
Norma Jeane Baker, nombre real de Monroe, fue la actriz de reconocidas películas inolvidables como La tentación vive arriba (1955) o Con faldas y a lo loco (1959), por lo que siempre estuvo rodeada de glamour y éxito, pero en el plano personal no todo era tan hermoso.
La estrella sufrió el abandono de su madre y fue víctima de abusos sexuales durante su infancia; por otra parte, en su etapa adulta pasó por varios hechos la atormentaron y repercutieron en su salud mental. Marilyn murió de una sobredosis a los 36 años, aunque su fallecimiento continúa aún rodeado de especulaciones.
Nació el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California. A los 15 años dejó el instituto por su novio, un marino mercante llamado James Dougherty, y a los 16 se casó con él; aunque ella siempre soñó con ser actriz, cuando mandaron a su marido a combatir en la Segunda Guerra Mundial, empezó a trabajar en una fábrica, donde fue descubierta por un fotógrafo.
Cuando Dougherty regresó, su esposa ya tenía una exitosa carrera a sus espaldas, se había cambiado el nombre y se había teñido el cabello. Aunque tuvo que esperar varios años hasta que su carrera despegara. Con su voz, su increíble físico, su personalidad atormentada y su rostro, pronto se convertiría en una de las actrices más famosas de Hollywood.
Se pasó toda su vida intentando demostrar que no era una rubia tonta y guapa, todo lo contrario, era una actriz del método, muy inteligente. Los grandes directores se la rifaban y así llegaron películas sus exitosas películas. Se casó dos veces más: con la superestrella del béisbol Joe DiMaggio y con el dramaturgo Arthur Miller.
