Cuando la ausencia de la princesa Charlene ya daba pie para el comidillo de una posible separación con Alberto de Mónaco, reapareció en público con la mejor de sus sonrisas y estrenando un atuendo que es el favorito de todos los que usa.
La sudafricana reapareció en Mónaco junto con su esposo Alberto y su hermano, Gareth Wittstock. Participó en un acto promovido por su fundación, donde recibieron a una representación del Club de ski de Courchevel que les donó 134.750 euros para los proyectos solidarios.
La princesa de 45 años apareció con un elegante vestido recto, sin mangas y largo midi en color azul oscuro. Un modelo de Akris que destacaba por su escote en V que se ha convertido en su favorito del verano.
El diseño tiene dos aberturas laterales en la falda para una mayor libertad de movimiento. Su valor comercial es de 2,490 euros, un poco más de tres mil dólares. Según un estudio reciente, Charlene es la realeza europea que más gasta en vestuario.
La princesa ha echado mano a los escotes en V en tres eventos. La última fue hace un mes en el Festival de Montecarlo. El corte ayuda a estilizar la figura de la exnadadora sudafricana.
Según los expertos, los vestidos con este escote acentúan la feminidad, el estilo y la comodidad. Visualmente pueden “alargar” el cuello , lo que permite que quien lo use se vea más estilizada y esbelta. Gracias al ángulo que se produce, se logra afinar la apariencia de los hombros. Es el escote ideal para mujeres como Charlene.