Con el pasar de los años, Kate Middleton (41) se ha convertido en una experta para dar mensajes a través de sus atuendos y la ceremonia de coronación de su suegro, el rey Carlos III (74), no iba a ser la excepción. La princesa de Gales llegó a la Abadía de Westminster con una tiara de flores de plata, cristal y bordados de hojas tridimensionales que posee un significado muy especial para el monarca.
La corona de Kate, que replicó su hija, la princesa Charlotte (8), fue diseñada por la sombrerera Jess Collett para Alexander McQueen, uno de sus diseñadores favoritos de la esposa de William (41) y no solo se trató de una combinación a dúo entre madre e hija.
Estas joyas representan una de las mayores pasiones de Carlos III y a su pasión por el Hombre Verde, que es una antigua figura del folclore británico que simboliza el renacimiento y la primavera. Esta figura casi siempre lleva una corona de roble, hiedra y espino, y las emblemáticas flores.
Es bien sabido que, durante toda su vida, el rey Carlos III se ha interesado por la naturaleza, la jardinería y la conservación del medio ambiente. Es por ello que, de alguna manera, su nieta y nuera homenajearon su pasión con esta representación. También es revelador que Kate optara por una pieza así en lugar de una tiara tradicional.
Por su parte, no es la primera vez que Charlotte rinde un homenaje familiar a través de sus joyas, pues para el funeral de la reina Isabel II, la princesa llevó un pequeño broche de herradura, el cual fue un claro guiño a la afición de toda la vida de la soberana por los caballos. Tal parece que la jovencita ya domina el arte de vestir con mucho simbolismo.