Celebridades

La reina más vieja de Europa no logra aplacar la furia familiar en su contra

Margarita II de Dinamarca sigue con una crisis interna que no ha controlado luego que retirara los títulos a los hijos del príncipe Joaquín. Este domingo tuvo una tregua cuando celebró su cumpleaños 83

La reina más vieja de Europa no logra aplacar la furia familiar en su contra - Créditos: Instagram

En sus últimos años de vida, Margarita II de Dinamarca jamás habría imaginado que serían los más complejos de su reinado. Desde que a los cuatro hijos del príncipe Joaquín le retiró los títulos, un clima de incontrolable tensión familiar se instaló en el Palacio Amalienborg en Copenhague.

El ambiente en la familia real ha perdido toda la armonía que alguna vez tuvo. La inesperada decisión de la reina Margarita, en septiembre pasado, de despojar de títulos de príncipes y princesas a parte de sus nietos, no ha sido aún superada, pese a que las imágenes de la celebración del cumpleaños número 83 de la monarca den la impresión contraria.

Cuando al mediodía de este domingo, Margarita II se asomó al balcón del castillo de Amalienborg, con lentitud y algo de cojera, pero siempre sonriente, quiso relucir y exhibir una imagen que se ha visto afectada por el cisma familiar, aunque también por sus problemas físicos y de salud no del todo profundamente aclarados.

La reina fue operada de su columna el pasado 22 de febrero, lo que la obligó a guardar reposo. Debió ser su heredero, el príncipe Federico (hermano mayor de Joaquín) quien asumiera las funciones oficiales porque Margarita II no tuvo permiso médico para hacerlas. 

Su aparición de este domingo fue la primera pública tras la cirugía, y también la primera que hace desde 2019  para festejar su cumpleaños desde el balcón del Palacio de Amalienborg. En 2019 y 2022 se quedó en Marselisborg para la celebración, y en 2020 y 2021 no se podían reunir multitudes debido al coronavirus.

Su nuera, la rival más dura de Margarita

Los vítores y banderas con la que saludaron a Margarita II por su cumpleaños lograron aplacar transitoriamente la tensión que se vive al interior de palacio. 

La presencia en el balcón de sus nietos despojados -los condes Nicolás, Félix, junto a sus hermanos Enrique y Athena, hijos de la princesa María, segunda esposa del príncipe Joaquín-, mostraron una atmósfera familiar más cordial. Sin embargo, a pesar de las sonrisas de los nietos marginados, detrás de los muros de Amalienborg la realidad indica que el núcleo se ha dividido para siempre entre los favorecidos y los perjudicados.

Si bien el retorno de la princesa María a la celebración familiar de este domingo fue bien recepcionado por los seguidores de la realeza danesa, su ausencia del festejo de Año Nuevo de la reina todavía queda en la retina. La segunda esposa del príncipe Joaquín se ha convertido en el símbolo de una familia que se considera discriminada, y que aún no entiende la decisión de la jefa del clan. 

Lo de este domingo, para los expertos, fue solo una tregua para no frustrar el festejo de la veterana reina, que luego de la muerte de Isabel II de Inglaterra, quedó como la más longeva de Europa.

La reina Margarita II, que al inicio apareció sola en el balcón, consiguió que la coreografía quedara perfecta cuando después se asomó toda la familia del príncipe heredero Federico para saludarla, e inmediatamente después, el príncipe Joaquín con su familia completaron el cuadro.

Después del primer acto, vendría el segundo. La reina se retiró primero, y cuando retornó al balcón, fue rodeada por sus ocho nietos: cuatro con los títulos intactos y los otros cuatro sin derecho a ostentarlos. Un intento postrero de exhibir a una familia unida, en medio de una crisis histórica por una decisión que todavía muchos no comprenden.

 

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