La artista colombiana que este jueves cumple 46 años está dejando pasar este tiempo de festividades familiares paar estrenar un nuevo tema musical, que tendría la colaboración de Karol G, aun cuando ninguna de las dos lo ha confirmado oficialmente. Pero la determinación de Shakira tiene una razón poderosa: ha privilegiado no generar un conflcicto que termine repercutiendo en la salud mental de Milan (10) y Sasha (8).
El pasado domingo estuvo de cumpleaños Sasha, y por más que se esmeraron sus padres, igualmente la celebración terminó siendo materia de titulares y comentarios. El ruido mediático ha alcanzado niveles tan peligrosos para el estado psicológico de su familia directa, que Shakira definió un retroceso en los planes de seguir explotando su rol de mujer resiliente y madre fuerte y poderosa, capaz de obtener dividendos positivos de un quiebre sentimental que la tuvo al borde de una depresión.
El impacto que ha tenido en Milan (10) y Sasha (8) la infidelidad de su padre, su alejamiento de la casa familiar y su posterior relación con otra mujer (Clara Chía Martí) está comenzando a florecer con algunas actitudes de rebeldía de los dos niños y en comportamientos que reflejan un estado de enojo que aflora en contestaciones e impulsos antes no vistos.
Fuentes cercanas a la familia de Shakira han expresado su preocupación por el grado de exposición a la que se han visto enfrentados los dos menores, muchas veces sin que los propios padres entiendan que hay una consecuencia interna que muchas veces no se hace manifiesta. Al comienzo de la crisis, todo pareció que se circunscribiría al ex futbolista, la cantante y la amante. Sin embargo, después se ha extendido a los hijos, y también a los parientes más cercanos de ambos.
Un episodio que evidenció cómo la ex pareja no ha tenido cuidado en el resguardo mental de sus hijos, por ejemplo, fue cuando Piqué apareció en un espacio de streaming junto a Milan, quien lo rebatió en público sobre una afirmación. Lo que pareció una anécdota simpática, culminó en una disputa entre Shakira y el padre, justamente porque habían quedado en que los niños no estarían cerca de ningún medio de comunicación.
Posteriormente, y cuando se pensó que Piqué había entendido la lección y se había replegado a un entorno de mayor discreción, aparecieron las fotografías de sus padres con él y Clara Chía en la casa refugio a la afueras de Barcelona, que puso a a Shakira sobreaviso de que la joven catalana ya había invadido un espacio que algunas vez fue de la familia.
Shakira decidió entonces tomar la iniciativa y apurar "la sesión 53" con Bizarrap y pasar "todas las facturas" en un solo paquete. El tema no dejó títere con cabeza: Piqué, Clara Chía, sus ex suegros y hasta algunos ámbitos comerciales, fueron repasados por la colombiana. El resultado fue un verdadero terremoto comunicacional, porque no solo hubo un objetivo de dañar la poca reputación que le quedaba al ex futbolista, sino que también demostrar que la cantante aún es un personaje de relevancia y poder en el mundo del entretenimiento.
Shakira busca bajar las revoluciones
Si en un comienzo de la crisis la cantante apareció como la víctima de una infidelidad del padre de sus dos hijos, en la segunda etapa la estrategia se volcó a asumir la iniciativa y disparar sus balas a blancos completamente identificados: Piqué, Clara Chía y los padres del ex futbolista.
El golpe propinado por la cantante a través de su música fue brutal. La canción se convirtió en un hit inmediatamente publicado. Su letra se ha enarbolado como un himno a las mujeres que hoy olvidan con rapidez y le sacan el mayor rendimiento -"facturan"- a su condición de engañadas. El relato de Shakira tiene un componente feminista que quizás la propia cantante subestimó, pero que le ha otorgado un nuevo envión a su carrera y al fondo "editorial" que quiera darle la artista que se acerca al medio siglo de vida.
Sin embargo, las consecuencias de su agresiva postura hacia el entorno de Piqué han tenido un correlato con sus hijos. Milan y Sasha se han quedado en la mitad de la calle, un día en la vereda de la madre; otro, en la el padre. Y entre ellos dos, una cantidad de mensajes cruzados confusos, incluso para personas con criterio formado y experiencias similares.
Es por ello que Shakira, en virtud a consejos de sus familiares más cercanos, ha decidido bajar la presión sostenida hacia su ex pareja. El propósito de la colombiana es que Milan y Sasha asuman su nueva normalidad, la de tener padres separados, pero en un ambiente donde no haya conductas que denoten la intención de dañar la reputación o la memoria.
Shakira posterga estreno de su nuevo tema
La intención inicial, a raíz del éxito de la sesión con Bizarrap, era sacar un nuevo material este 2 de febrero, coincidente con su cumpleaños 46 y también con el de Gerard Piqué, quien llegará a los 36. Era este jueves un día comercialmente perfecto para estrenar un nuevo tema con si coterránea Karol G.
Pero Shakira ya le avisó al sello Sony Music que no quiere que ese día se estrene el nuevo tema. Es un día especial, donde sus hijos no solo la celebrarán a ella, sino que también a su padre, aunque sea de manera remota, y que por lo tanto cualquier otra variable lo único que hará es desvirtuar un sano festejo.
Tampoco será mañana viernes, porque Shakira espera que la expectativa que ha generado "la sesión 53" disminuya lo suficiente como para volver a cierta normalidad. La invasión permanente de admiradoras al ingreso de su mansión en Barcelona internamente la tiene un poco agotada, aun cuando está muy agardecida del apoyo masivo de sus seguidoras.
La colombiana sacó el pide del acelerador y de a poco se encuentra frenando su ofensiva con el propósito de que sus hijos tambien recuperen cierta estabilidad emocional que, según los cercanos, han razonablemente perdido con tantos desplazamientos y comentarios. Shakira está dispuesta a poner de lo suyo, a la espera de que su ex no pierda la compostura y el ánimo de llevar los asuntos por la vereda del diálogo.