Meghan Markle estaba indignada porque Pippa Middleton originalmente no la había invitado a su matrimonio, que se realizó en 2017 cuando la estadounidense recién despuntaba como la novia del Príncipe Harry y era la conocida actriz de una serie de Netflix.
La experta real Camilla Tominey contextualizó el hecho de la boda entre Pippa y James Matthews y dijo que la hermana de Kate tenía temor de que la estrella de "Suits" les restara protagonismo a los novios en su gran día.
"Pippa quizás temía que la novia de Harry la eclipsara", comentó Tominey en "Daily Telegraph". Agrega que "más tarde cedió e invitó a la ahora duquesa a la recepción vespertina para mantener la paz".
El príncipe William y Kate Middleton se opusieron a que los Sussex cambiaran los nombres de los asientos en las mesas para la cena después de que la novia había dispuesto que ninguna pareja se sentara junta durante la recepción.
La presencia de Meghan generó un celo evidente de la familia Middleton, pero también generaba ansiedad entre los invitados y, por supuesto, en la prensa británica quienes ya veían en ese momento a Meghan como una buena oportunidad para aumentar el tiraje de las rotativas.
Carole Middleton, madre de Kate y Pippa, temía que Meghan fuera la principal atracción de la boda, por sobre los novios incluso".