El Príncipe Harry y Meghan Markle cavilan acerca de asistir o no a la coronación del Rey Carlos III el 6 de mayo en la Abadía de Westminster. Pese a que no les ha llegado la invitación formal, ya tienen una certeza: ni el Rey ni el príncipe William se reunirán con Harry ni mucho menos le pedirán disculpas, que es lo que el hermano menor había puesto como condición para asistir.
En este ajedrez, la siguiente movida le pertenece a Harry, quien quedó en la encrucijada de asistir o no a la coronación, con todo lo que significa: Si van, los fanáticos reales los van a abuchear a Meghan y a él. Y si no van, aparecerán desairando al Rey de Inglaterra y desconectados de la realeza, que es justamente lo que les está dando de comer en estos momentos.
"Quizás el Príncipe Harry y Meghan necesitan adoptar un enfoque completamente nuevo en la forma en cómo se comportan desde que abandonaron a la realeza", dijo la escritora Natalie Oliveri en Honey.nine.
La experta precisó que "a menos que quieran que se burlen de ellos para siempre, en realidad solo les quedan dos opciones: la primera es recuperar el sentido del humor y reírse de sí mismos, en lugar de que se rían de ellos. Y la segunda es dejar de lado su orgullo, ser humildes y asistir a la coronación del Rey Carlos III en mayo. Incluso si eso significa arriesgarse a los abucheos de la multitud en la Abadía de Westminster".
Oliveri explicó que "solo así podrán recuperar algún tipo de credibilidad apoyando al Rey en el día más importante de su vida". Y, del mismo modo, seguirán manteniendo el vínculo con la realeza que es, al final de cuentas, el atractivo que tienen los Sussex y por el cual tanto Netflix como Penguin Random House les han pagado millones de dólares.