El pesar de la princesa Ana se reflejaba completamente en su rostro. Vestida de riguroso negro, la hermana del rey Carlos III fue quien representó a la corona británica en el funeral del rey Constantino II de Grecia, que se llevó a cabo este lunes en Atenas.
Prima en segundo grado del único rey europeo sin corona, pues estuvo exiliado fuera de su país por más de cuatro décadas, llegó a presentar sus respetos a la familia del dignatario fallecido el pasado martes, a los 82 años, víctima de un derrame cerebral.
Junto a la princesa Ana estuvo su esposo, sir Timothy Laurence, quienes llegaron a la Catedral Metropolitana Ortodoxa, y se reunieron con otras altas figuras de la realeza europea, como los monarcas españolas, la reina Letizia y el rey Felipe VI; el príncipe Alberto de Mónaco, los reyes Guillermo y Máxima de Países Bajos. Todos saludaron a la familia de Constantino II, que estuvo encabezada por el príncipe heredero Pavlos.
El fallecido rey de Grecia era sobrino de Felipe, el duque de Edimburgo, de ahí su cercanía con la corona británica, que durante su exilio lo cobijó durante largos años en el Reino Unido, donde además fue congraciado en numerosas ocasiones con invitaciones a eventos de la primera línea de la realeza.
Constantino II es hermano de la ex reina Sofía de España, quien también arribó a Grecia con el ex rey Juan Carlos, y también es cuñado de la reina Margarita de Dinamarca, la que estuvo desde este domingo en el sepelio.
Un destino errante
El fallecido monarca alcanzó apenas tres años a detentar la corona. Luego de un golpe militar que le quitó todo sus poderes ejecutivo, debió abandonar definitivamente su país natal después que el pueblo griego rechazó la monarquía en 1974.
Le quitaron la nacionalidad griega en la década de los '90 y sus bienes en Grecia fueron confiscados. Solo pudo retornar a su país hace algunos años, luego de que el tribunal de justicia internacional dictaminara que debían pagarle por el despojo de sus bienes.