La princesa Ana es la integrante de la realeza británica más trabajadora. Registra más de 20 mil compromisos en nombre de la Corona. El ajetreo le exige estar en buena forma a sus 72 años y su dieta es fundamental para lograrlo, aunque no es precisamente un lista de alimentos muy común.
La princesa real prefiere los alimentos prácticos y ricos en vitaminas por sobre los platos ricos y exuberantes. Al igual que su hermano, el rey Carlos III, se salta el almuerzo, pero el desayuno no se transa.
A la única hija de la Reina Isabel II le gusta comer un tazón de frutas en la mañana. Pero dentro de la porción hay un elemento muy extraño: las bananas deben ser maduras, ojalá negras.
El exchef real Darren McGrady explicó en Today que “la princesa Ana prefería las bananas casi negras porque se digieren más fácilmente”. El fruto ultramaduro es más dulce porque su almidón y clorofila se descompone en azúcar. Además, los come con cubiertos, como todos los integrantes de la realeza.
El chef explicó el extraño procedimiento de comer fruta con cubiertos: “Primero, se cortan los extremos de la banana. Luego, se corta la cáscara de la banana por la mitad de punta a punta para que se pueda abrir la fruta sin pelar. La fruta se corta en círculos y se come con un tenedor”.
En caso de tener hambre repentina durante el día, la princesa Ana siempre anda trayendo un kiwi en su cartera, en caso de emergencia. Aparte de tener vitamina C, ayuda a la digestión de la carne y otras proteínas.
Uno de los platos favoritos de la princesa es el pescado ahumado, aunque el habitual de la cena es el faisán a la diabla acompañada por chutney Green Label de Sharwood.