El Príncipe Harry y Meghan Markle viajaron en un jet alemán financiado por los contribuyentes de ese país para estar presentes en el inicio de la cuenta regresiva de los Juegos Invictus en Düsseldorf, según publica "The Sun".
Los Sussex hicieron el viaje una hora y cuarto en un avión de la Luftwaffe avaluado en 50 millones de dólares, en una concesión hecha por políticos de alto rango de ese país. La aeronave fue una Bombardier BD-700, que emite aproximadamente nueve toneladas de CO2 para un viaje promedio de 400 kilómetros, según detalla el tabloide, que agrega que "un vuelo comercial de Heathrow a Dusseldorf produciría solo 0,07 en emisiones de CO2".
El duque y la duquesa viajaron desde la base aérea de la RAF Northolt a la séptima ciudad más grande de Alemania a las 11:34 del martes y aterrizaron poco después de la 13:20, según el rastreador FlightAware.

Fueron llevados en un Porsche Cayenne negro antes de pasar el día en los Juegos Invictus 2023, evento que se realizó en colaboración con las fuerzas armadas alemanas, más conocidas como el Bundeswehr. Harry y Meghan regresaron al Reino Unido desde Düsseldorf a las 20:51 y aterrizaron en suelo británico una hora más tarde.
El avión de 19 asientos pertenece a la Fuerza Aérea Alemana (Luftwafe) y está reservado para altos funcionarios gubernamentales y miembros del ejército. Ayer se le cedió a la pareja y lo tendrán nuevamente a disposición cuando los Juegos Invictus se realicen, dentro de un año.
Una fuente le dijo a "MailOnline" que "la Bundeswehr tiene una flota de aviones de transporte y este era lo más adecuado para el viaje corto desde Inglaterra. Tiene la menor capacidad para pasajeros.

Durante la jornada, los Sussex también subieron a una lujosa embarcación que los llevó de paseo por el río Rin, que bordea la ciudad.