El rey Carlos III no quería que el príncipe Harry y Meghan Markle influyeran sobre la Reina Isabel II con sus encantos.

Los duques de Sussex hicieron una visita sorpresa al castillo de Windsor a principios de abril, dos años después de abdicar a la realeza, pero antes de reunirse con la nonagenaria monarca lo hicieron con el entonces Príncipe Carlos.

Katie Nicholl, en su libro "The New Royals" comparte que: "Carlos insistió en reunirse con Harry y Meghan antes de su audiencia con la Reina. Quería asegurarse de que Harry no pudiera hablarle dulcemente, tal como lo había hecho el Príncipe Andrés, y lograr que ella aceptara cualquier cosa sin el permiso del futuro rey".

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Una de las fuentes citadas por el libro dijo que “Harry entró con abrazos, la mejor de las intenciones y dijo que quería aclarar las cosas”.

“De hecho, sugirió que usaran un mediador para tratar de arreglar las cosas, lo que hizo que Carlos se sintiera algo desconcertado y que Camila escupiera su té", agregó.

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