El funeral de Estado de la reina Isabel II (96) no podía llevarse a cabo sin dos importantes personajes en la vida de Su Majestad: los amados corgis y su caballo, Emma. Tanto los perros como el caballo de Isabel II estuvieron presentes para rendirle honor a su fallecida dueña y las emotivas fotos ya le han dado la vuelta al mundo, pero ahora quien ha hablado sobre este momento es el cuidador de Emma.
Terry Pendry (72) habló con el Daily Mail de los últimos días que pasó la reina con su caballo favorito y señaló que Emma “tenía un sexto sentido” que le indicaba que ya no volvería a ver a su amada dueña, lo que la llevó a tener un comportamiento impecable en el funeral. Además, relató cómo fueron estos instantes en los que ambos esperaron a que el féretro pasara frente a ellos para inclinarse en su honor.
“He estado viajando con la reina durante años, y la última vez que estuvo con Emma fue el 18 julio, dos días antes de que partiera hacia Balmoral”, dijo el cuidador. Según Terry, la monarca montó a su caballo en julio, posteriormente se dirigió al Castillo de Balmoral en Escocia en donde murió el pasado 8 de septiembre, un difícil momento para su corcel que pasó 24 años al lado de la soberana.
Ayer, en el funeral de Estado, Pendry se paró junto a Emma para inclinarse en el momento que el ataúd de la reina pasara frente a ellos, un instante que fue fotografiado y que emocionó al mundo, pues parecía que el caballo agachaba su cabeza como las diferentes personas que lo hicieron para rendirle respeto, aunado a su buen comportamiento.
“Creo que probablemente tenía una especie de sexto sentido de que Su Majestad ya no la montaría, y le enorgullecía pararse ahí con tanto respeto”, indicó el cuidador quien describió cada detalle que llevaba Emma este día en honor a su dueña. “La reina siempre montaba con una silla de montar de piel de oveja blanca, era su favorita, así que me aseguré de que Emma también la usara”, comentó.
Entre otro de los accesorios que seleccionó fue un pañuelo de la marca Hermes. “Como toque final puse el pañuelo Hermes de Su Majestad en la silla de montar. Era su favorito y tenía impresos los caballos y carruajes. Menos es más. Podría haberle puesto la fusta y los guantes, pero pensé que el pañuelo en la cabeza era el toque perfecto”, señaló.
“Estoy tan contento de que Emma y yo pudiéramos despedirnos en Windsor, donde Su Majestad disfrutó tanto montando a caballo”, agregó.
