Cuando Meghan Markle y el Príncipe Harry quisieron inmortalizar el momento en que su hija Lilibet conoció a su bisabuela, la Reina Isabel II, quedaron helados al recibir la negativa de parte de los asistentes reales quienes, además, habrían hecho cumplir estrictamente los 15 minutos de la cita.
Algunos expertos reales creen que la prohibición fue "mezquina e innecesariamente cruel".
El biógrafo Christopher Andersen comentó en "The Daily Beast" que "Archie se tomó una foto con la Reina y el Príncipe Felipe cuando tenía dos días. Negarle esto a Lili en su primer cumpleaños parece innecesariamente mezquino y también cruel".
"La Reina podría haber invalidado a sus supervisores en este tema y, por supuesto, podría haber permitido también que los Sussex aparecieran en el balcón con el resto de la familia en algún momento durante el Jubileo de Platino", agregó.
Para Andersen, los Sussex podrían haber estado en momentos icónicos que no fueran necesariamente la aparición para el Trooping the Colour. "Este fue un evento histórico y excluir a Harry y Meghan del registro visual parece incorrecto".