La peor humillación que recibió Camila por parte de la Reina Isabel II

Carlos III (73) se coronó rey tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, por lo que de inmediato su esposa, Camila Parker (75), pasó también a ser llamada reina consorte; sin embargo, las cosas no han sido nada fáciles para Camila, pues desde un principio fue rechazada, tanto en la realeza británica como por la sociedad.

Uno de los maltratos que recibió Camilla por parte de su suegra fue debido a una estricta regla: esta estipulaba que la reina y ella no podía encontrarse en la misma habitación, sin importar que Carlos estuviera o no presente.

En numerosas ocasiones fue menospreciada por la monarca y dejada de lado, pese a ser la pareja oficial del ahora Rey Carlos III, de hecho, allegados a la pareja aseguran que el príncipe rogó a la reina consideración para Camila, pero Isabel II nunca cedió, hasta después de su enlace nupcial.

Durante años, tanto la monarca como su madre, Isabel Bowes-Lyon, se habían negado a tener algo que ver con la amante de Carlos. Y es que no solo no querían que estuviera presente en ningún acto real, formal o informal, sino que directamente ellas desaprobaban su relación sentimental.

La Reina Consorte de Inglaterra ha sido conocida en tres ocasiones totalmente distintas, la primera de ella fue cuando conoció por primera vez al entonces príncipe Carlos y solo era la joven Camila Shand; la segunda cuando contrajo matrimonio con Andrew Parker-Bowles y adoptó el apellido de su esposo y más tardes se convertiría en la amante del heredero al trono. Finalmente, la tercera y última como Duquesa de Cornualles tras su unión matrimonial con Carlos.

Tras el segundo casamiento del príncipe Carlos, Camila continuó con el peso de ser reconocido como la amante del heredero al trono y haber roto el matrimonio entre él y Lady Di, algo que, según historiadores, fue muy mal visto por la reina, lo que provocó ganarse el maltrato dentro de la familia de su amado, pero todo ello previo al matrimonio que se llevó a cabo en 2005, pues conforme fueron pasando los años, Camila supo ganarse el respeto de la reina y el cariño del pueblo.