Tras la muerte de la reina Isabel II y el ascenso al trono de Carlos III (73), comenzaron a relucir algunos momentos incómodos que surgieron entre la entonces monarca de Inglaterra y la actual reina consorte, Camila Parker (75), quien en sus inicios fue amante del nuevo rey británico.
Carlos y Camilla se casaron en una boda muy discreta en el 2005, tras una vida llena de controversias en la que ambos fueron señalados como responsables de la desdicha de la princesa Diana, historia que al día de hoy sigue impactando.
Por esto, varios expertos de la realeza aseguraron que por muchos años la reina consorte no tuvo el camino nada fácil con Isabel II, quien la veía como alguien inferior y no la consideraba apta para sumarse a la familia real.
De hecho, se dijo que este fue el principal motivo por el que el príncipe Andrés (62) habría conspirado contra su hermano mayor para evitar que ascendiera al trono y en su lugar se nombrará al príncipe William (40) directamente como rey heredero.
A través de las redes sociales surgió una teoría en la que seguidores de la realeza interpretan que la reina Isabel II vengó a Diana en la boda de Camilla en su con el rey Carlos.
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La monarca usó un conjunto blanco el día de la ceremonia nupcial para devolverle el golpe a Camilla, después de que ella vistió totalmente de blanco en la boda de Lady Di con Carlos, el 29 de julio de 1981, en la catedral de San Pablo.
Se dice que Camila siempre estuvo al tanto del dolor y sentimientos de la princesa Diana sobre su amorío con el rey, por lo que ir vestida blanco a la boda de su amante, quizás fue un gesto pensado o una indirecta para los novios. Por ende, Isabel habría querido poner a la esposa de su hijo en su lugar, haciendo lo mismo que ella le hizo a Lady Di.
Sin embargo, esto es solo una tesis, porque los hechos indican que con el tiempo la reina se aproximó a Camila y descubrió que sería ideal para el rol de reina consorte, tanto que ella misma abogó por su nuera frente al parlamento para que se le otorgara dicho título.