En días pasados, mucho se especuló sobre la supuesta reunión privada que tendría el rey emérito Juan Carlos I (85) con el rey Carlos III (74), como gesto del monarca británico a su primo por no haberlo invitado a su coronación el próximo 6 de mayo.
Sin embargo, medios españoles aseguraron que la cita entre los veteranos dignatarios no se llevó a cabo, ya que el rey Carlos III no habría podido liberar algunas actividades de su agenda para almorzar o cenar con el monarca español.
Durante su estancia en Londres, se afirmó primeramente que Juan Carlos I sostendría un almuerzo con el monarca británico, o por lo menos se reunirían para tomar el té, en una reunión a la que también asistiría la reina Camila (75). Pero a pocos días de haber pisado suelo británico, la Casa Real de España confirmó que el reencuentro entre ambos no se pudo dar en ningún momento.
“El día de la visita (del rey Felipe VI) a Ronda, un rato después de que los británicos volvieron a desmentir el encuentro con Carlos III, el embajador británico llamó al Jefe de la Casa para indicarle que no se había producido ningún tipo de encuentro entre Carlos III y el rey Juan Carlos”, señaló un comunicado de la Casa Real a distintos medios españoles.
Lo que habría sido una humillación en otras circunstancias, a Juan Carlos I no parece interesarle. Hace largo tiempo que al ex monarca hispano dejó de tener una impotancia protocolar, y él mismo se ha encargado de tomar un lugar absolutamente secundario en términos de roles.
Esta realidad pública es bastante similar al plano familiar, donde la ausencia de Juan Carlos I en España y su residencia en Abu dabi, ha terminado por romper los vínculos con los más cercanos. Justamente lo más doloroso para el dignatario es su pérdida de autoridad, y un ejemplo de ello es que la princesa Leonor (17) ha despreciado el acercamiento que ha intentado realizar su abuelo a quien considera, según fuentes de palacio, casi un desconocido, a diferencia de su abuela Sofía, quien si ha estado cerca de ella y de su hermana.,
Dentro de unos pocos días, en lugar de los retirados dignatarios Juan Carlos y Sofía (84), serán Felipe y Letizia quienes estarán presentes, en representación de la monarquía española, entre los invitados a la coronación de Carlos III y Camila en la Abadía de Westminster. Este episodio será una nueva comprobación que el período útil de quien fuera el monarca hispano ya es historia, con un epílogo bastante opaco.