El abdicado rey de España Juan Carlos I (85) ha tenido que pedirle a varios de sus influyentes amigos en Emiratos Árabes que le faciliten el proceso de adaptación de su nieto Froilán (24), que se ha ido a vivir a un hotel en Abu Dabi, luego de que su familia le consiguiera un trabajo en el país árabe.
El abuelo protector ha debido recurrir a sus amistades luego que Froián desechara la opción de irse a vivir con Juan Carlos y optara por instalarse en un lujoso hotel 5 estrellas de la capital Abu Dabi, en un esfuerzo por tratar de llevar una vida independiente y adulta que no necesariamente tuvo cuando estaba en España.
Caracterizado por protagonizar una serie de escándalos y polémicas de un hombre que se niega a crecer, el hijo de la infanta Elena (59) y sobrino del rey Felipe VI (55) fue, en la práctica, sacado de España antes de que terminara privado de libertad por alguno de los tantos desórdenes nocturnos en los que participó junto a sus amigos ocasionales.
Fue la familia real la que le solicitó al abuelo, radicado en el país árabe desde hace dos años y medio, para que moviera los hilos y le consiguiera algún tipo de ocupación a su nieto mayor. No tardó mucho en hacerlo, en una empresa petrolífera donde estará encargado, en un comienzo hasta que conozca el negocio más en profundidad, de coordinar asuntos corporativos con visitantes extranjeros, según se ha sabido.
Juan Carlos I presta ayuda a su nieto Froilán
Pero Juan Carlos I aceptó la solicitud de su hija Elena con el compromiso que Froilán se iría a vivir con él para tenerlo controlado de cerca, y que no tendría muchas oportunidades para fallarle, ya que el favor concedido por las autoridades árabes también supuso un permiso express para poder trabajar y establecerse como un residente.
Sin embargo, por ahora Froilán ha evitado irse a la residencia de su abuelo. Prefirió estar como pasajero en un lujoso hotel, a la espera que la compañía le entregue un apartamento, como parte de las regalías laborales.
Froilán se encuentra en un período de abstinencia de diversión, dicen quienes han sabido algo de él. Está alejado de sus amistades peligrosas, por razones onvias, y de los momentos de juerga que tenía en España. A veces lo acompaña un chaperón, cercano a su abuelo, y otras veces se le han acercado ejecutivos de la empresa petrolífera para introducirlo en ciertas costumbres del país.
El trato ha sido el de un invitado preferente, comentaron en el hotel. Y Froilán, hasta ahora, ha sido un huésped tranquilo y muy educado, que se está acostumbrando a un ritmo de vida distinto, pero que le han otorgado una vida más reposada. Que quizás esté echando de menos, sobre todo los fines de semana, pero a la que deberá renunciar si es que quiere seguir donde su abuelo lo ha colocado.