Carlos III (74) tiene una fortuna personal que alcanza casi los 750 millones de dólares, el doble de lo que llegó a tener en vida su madre, la reina Isabel II, quien sumado todos sus bienes contabilizó poco más de 370 millones de dólares.
La gran diferencia entre las fortunas de la madre y su hijo se entiende porque, básicamente, Isabel II radicó su estrategia en la adquisición de acciones y bonos del mercados de valores, y no se dedicó a los negocios, porque tampoco tuvo mucho tiempo como Carlos III, porque desde joven debió encabezar la corona británica.
La monumental cifra del rey que será coronado el próximo 6 de mayo es producto del dinero que acumuló durante años a partir de las ganancias obtenidas del Ducado de Cornualles y de varias participaciones en desarrollos inmobiliarios, una compañía ligada a alimentos y bebidas alcohólicas, más específicamente de cervezas.
El rey siempre se preocupó de sus inversiones, pero las comenzó a cuidar con mayor celo una vez que se divorció de Diana Spencer, la madre de sus hijos William y Harry. Aquella separación, registrada en 1990, le costó 20 millones de dólares, que pasaron a manos de Lady Di.
Carlos III, en todo caso, siempre ha sido un miembro de la realeza especialmente austero. Se sabe que parte de su cercanía con la necesidad del ahorro energético y los cuidados medio ambientales, pasan por una manera de ver la vida. Alguna vez, publicaciones prestigiosas, como la revista Vogue, afirmaron que el rey, por ejemplo, no desecha ninguna prenda de vestir hasta que sencillamente no tenga un uso eficiente.
De acuerdo a la lista que está preparando la revista The Sunday Times Rich List, y que será difundida en el curso de los próximos días, Carlos III aparecerá por sobre varias figuras británicas, entre ellas David Beckham, Elton John, Victoria Beckham, y de algunos conocidos empresarios, como los miembros de la familia Warburton, la principal compañía panificadora de Inglaterra.
Los negocios con que Carlos III hizo su fortuna
El rey siempre ha tenido buen ojo para los negocios, pero además se ha hecho asesorar con inversionistas de primer nivel, muy cercanos a la monarquía.
El dignatario británico fue el principal socio en la construcción de un desarrollo inmobiliario sostenible en el condado de Dorset, que fue seguido de otro en el condado de Cornualles.
Su riqueza, además, se ha visto aumentada por el alquiler de una serie de propiedades comerciales que se reparten en Milton Keynes, Cornualles y en el mismísimo Londres.
Carlos III, casi paralelamente a su divorcio de Lady Di, estrenó una línea de productos llamados Duchy Originals, todos procedentes de su hacienda en Hioghgrove House, que fueron comercializados en las principales cadenas comerciales del país. Fundamemtalmente se trataba de galletas, cervezas, hierbas medicinales, para también incursionar en artículos de jardinería.
La diversidad de sus negocios, como se puede ver, ha sido muy amplia, aun cuando se estima que a partir de la muerte de Isabel II, le dejará la administración de su fortuna a sus asesores, para dedicarse de lleno a las obligaciones reales.