El rey Carlos III ha ejecutado uno de sus ofrecimientos familiares al que se comprometió una vez que llegase a ostentar la corona. Eduardo, su hermano menor, ha sido ungido como nuevo duque de Edimburgo. Lo será hasta el día que se muera, cuando el título volverá a la Casa Real y no a los herederos.
Simultáneamente, Sophie, la esposa de Eduardo y una de las integrantes de la familia real más querida por la extinta reina Isabel II, ha pasado de ser condesa de Wessex a duquesa de Edimburgo. Será el hijo de la pareja, James, actual vizonde Severn, el nuevo conde de Wessex, título que tenía su padre Eduardo.
La que por ahora no se verá beneficiada con ningún "ascenso" en la escala nobiliaria es la hija de los duques de Edimburgo, Louise, quien seguirá siendo Lady Louise Mountbatten-Windsor.
El anterior duque de Edimburgo fue ni más menos que el padre de Eduardo, el príncipe Felipe. Al esposo de la reina Isabel II le fue conferido el título por la propia soberana cuando se casaron en 1947. Tanto padre como hijo tuvieron una estrecha relación durante las últimas décadas de vida del progenitor, quien antes de morir expresó su deseo que su hijo menor fuera ungido como el siguiente duque de Edimburgo.
El reciente nombrado Eduardo, en todo caso, ocupa actualmente el número 13 en la línea de sucesión de la corona, puesto que se verá afectado una vez que los príncipes George y Louise tengan más años.
Eduardo y su esposa Sophie son reconocidos por haber realizado un gran trabajo social en nombre de la realeza, representando a la Casa Real en numerosas acitividades y algunos viajes al exterior, el útimo de ellos fue a Gibraltar.
Así la corona comunicó el título a Eduardo
El palacio de Buckingham dio a conocer de esta manera el nuevo título para Eduardo:
"Su Majestad el Rey se complace en conferir el Ducado de Edimburgo al Príncipe Eduardo, Conde de Wessex y Forfar, con motivo del 59 cumpleaños de Su Alteza Real. El título lo ostentará el Príncipe Eduardo durante toda la vida de Su Alteza Real".
"El Ducado fue creado por última vez para el Príncipe Felipe en 1947, tras su matrimonio con la Princesa Isabel, quien ostentaba el título de Duquesa de Edimburgo antes de acceder al trono en 1952".
"El nuevo duque y la duquesa de Edimburgo se enorgullecen de continuar con el legado del príncipe Felipe de promover oportunidades para que los jóvenes de todos los orígenes alcancen su máximo potencial".
