Sin duda son semanas muy agitadas para Tamara Falcó (41), ya que en medio de los preparativos de su boda tuvo que aplazar la ceremonia un mes. Además de tener que modificar la fecha de su matrimonio con Íñigo Onieva (33), el círculo cercano de la marquesa está en medio de la polémica.
Desde que Isabel Preysler (71) y Mario Vargas Llosa (86) terminaron su relación se han visto enfrentados en un ir y venir de declaraciones que la prensa ha recogido. En medio de este conflicto está Tamara, quien en estos momentos no tiene tiempo para lidiar con problemas ajenos.
Es por eso que la hija de Isabel Preysler decidió prescindir temporalmente de su lucrativo contrato con Netflix, y no quiso renovar una temporada de su docurreality. Cuando la serie se estrenó el pasado agosto fue una de las producciones más vistas en la plataforma durante las semanas posteriores en España.
“Tamara Falcó: La marquesa” no tendrá una segunda temporada
En los seis capítulos del reality, Tamara abrió su vida a las cámaras, mostrando cómo fue la celebración de sus 40 años, su interés por remodelar el castillo que heredó de su padre y abrir un restaurante, y además su día a día con Íñigo Onieva, su madre, y el entonces novio de Isabel, Mario Vargas Llosa.
Sin embargo, tras el estreno de la serie la vida de Tamara se llenó de momentos inesperados, partiendo por su propuesta de matrimonio, la infidelidad de Íñigo, su madre y el escritor hispanoperuano terminan su relación rodeados de escándalos, entre otras cosas como su boda.
Esto habría motivado a la marquesa de Griñón a declinar su contrato con Netflix, y no renovar una segunda temporada de su docurreality, perdiendo así un gran ingreso. Según reportó la prensa española, la marquesa de Griñón ganó cerca de 15.000 euros por cada capítulo, aunque en el programa “Sálvame” aseguraron que eran "seis cifras" por episodio.