Celebridades

Harry y Meghan son cada vez menos queridos en Estados Unidos después del libro y del documental

Encuesta afirma que la estrategia de la pareja ha sido interpretada de manera ofensiva y las consecuencias negativas se han comenzado a sentir dramáticamente en la popularidad de los Sussex

Harry y Meghan son cada vez menos queridos en Estados Unidos después del libro y del documental Los Sussex han ganado mucho dinero, pero a un costo insospechado - Créditos: Instagram

Una baja sustancial en las encuestas de popularidad y una disminución ostensible en las participaciones a eventos o encuentros de primer nivel con personalidades. Ese es el resultado de la estrategia comunicacional de los últimos meses del príncipe Harry y Meghan Markle en Estados Unidos, el país donde residen.

Según una encuesta realizada el 5 de diciembre por la compañía Redfield & Wilton, Harry tenía un índice positivo de audiencia de +38 y Meghan una cifra de +23 antes que la autobiografia escrita por Harry, titulada "Spare", fuera puesta a la venta en todo el mundo.

Posterior a la emisión del documental en Netflix y a la salida del libro, y una vez que fueron públicos los críticos contenidos hacia su vida como miembro de la realeza británica, más otros comentarios considerados "fimpactantes", como fueron los episodios de la agresión de su hermano William o de la pérdida de la virginidad con una mujer supuestamente mayor, los números cayeron a un precipicio. Harry contabilizó -7 y Meghan, -13.

No sólo eso. Una vez que también se empezaron a difundir las entrevistas que dieron a varias cadenas de televisión británicas y estadounidenses, la pareja empezó a experimentar otra réplica negativa: bajaron marcadamente las invitaciones a reuniones de alto perfil social, donde siempre Harry y Meghan han pretendido estar involucrados como relatores o panelistas.

La intención de posicionarse como figuras de opinión, con discursos influyentes y renovadores, no está funcionando como tal. Las numerosas declaraciones en contra del rey Carlos III, la reina Camila y el príncipe William, han hecho que se conviertan en personajes de cuidado, con los que no conviene interactuar o incluso verse vistos. 

No son pocas las autoridades que reconocen privadamente tener aprensiones respecto de lo que, en un futuro cercano, Harry y Meghan puedan relatar de las experiencias que están viviendo. Ya se sabe que Meghan está escribiendo su respectiva biografía de su experiencia real y que Harry, en vistas del extraordinario éxito en ventas de "Spare", podría redactar una versión corregida y aumentada de sus memorias.

Otro factor que les juega en contra es el alto conocimiento público y perfil de conflicto que han tenido los duques de Sussex este último año, que desde que se retiraron sin previo aviso del Jubileo de Platino de la reina Isabel II, el año pasado, también distrae los objetivos centrales de cualquier conferencia a la que puedan ser invitados.

Los organizadores de estos eventos admiten que los medios que cubrirán estos encuentros estarán más preocupados de lo que puedan decir Harry o Meghan respecto de la realeza, que de lo que opinen o piensen sobre el tema de la reunión a las que sean invitados o contratados. Y que ante ese riesgo, prefieren gastarse el dinero en otros relatores con menos carga negativa.

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