El Palacio de Buckingham confirmó que la reina consorte Camila recibirá la corona de la Reina María, el 6 de mayo próximo en la Abadía de Westminster. Será la primera vez en la historia contemporánea en que se reutilizará una corona ya existente. Pero no se trata de una corona cualquiera.
La pieza estaba engastada con el controvertido diamante Koh-i-Noor, que pesa más de 100 quilates y fue incautado por la Compañía de las Indias Orientales tras su victoria en la Segunda Guerra Anglo-Sikh de 1849. El diamante más grande del mundo fue entregado a la reina Victoria a mediados del siglo XIX y desde entonces ha sido la más preciada de las Joyas de la Corona.
El partido gobernante del primer ministro de India, Narendra Modi, expresó su preocupación de que la famosa gema proporcionaría un recordatorio no deseado del Imperio Británico.
Tras el fallecimiento de la Reina Isabel II en septiembre, algunos grupos nacionalistas de India solicitaron la devolución de la piedra, que califican como "un robo del Imperio Británico".
El propio Príncipe Harry hizo alusión al controvertido diamante en su libro "Spare", cuando habló del funeral de su bisabuela, la reina madre: "Se trataba del gran diamante del mundo, un gigante de 105 quilates llamado Koh-i-Noor. Era el diamante de mayor tamaño que un ser humano hubiera visto jamás. Fue adquirido por el Imperio Británico en su época de esplendor, o más bien robado, según algunos".
El diamante se extrajo de la corona de la reina María y se colocó en la corona que la reina madre utilizó para la coronación de Jorge VI, en 1937.
La corona de Camila también tendrá los diamantes Cullinan III, IV y V, que formaron parte de la colección personal de joyas de la Isabel II y que habitualmente usaba como broches. Los dos primeros tienen un valor que llegaría a los 80 millones de dólares.