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Agoniza el último rey europeo sin corona y padrino del príncipe William

Constantino de Grecia vivió el exilio muchos años en Gran Bretaña y ha sido muy cercano a la realeza británica

Agoniza el último rey europeo sin corona y padrino de príncipe William Constantino ha tenido una gran cercanía con la realeza británica - Créditos: Instagram

Luchando por mantenerse con vida. Constantino de Grecia (82), el último rey erupeo que perdió su corona, se debate en la UCI de la clínica Hygeia, en Atenas, víctima de un derrame cerebral y con pocas posibilidades de superar esta crisis de salud.

Gran parte de sus familiares directos se encuentran en la capital griega, entre ellos sus hijos, radicados en el extranjero. Constantino ha estado acompañado permanentemente por su esposa, la reina Ana María, y también por su hermana, la reina Sofía de España. Quien también se sumó a la comitiva fue la otra hermana, la princesa Irene de Grecia y Dinamarca, quien se ha visto por las inmediaciones de la clínica.

La monarca hispana, luego de concurrir al funeral del Papa Benedicto XVI, viajó directamente desde Roma a Atenas, cuando le informaron el delicado estado de su hermano, tío directo del rey Felipe VI. Constantino desde hace años se moviliza en una silla de ruedas ya que padece insuficiencia respiratoria y patologías crónicas que le impiden caminar con normalidad.

El rey de Grecia y Sofía han tenido toda la vida una estrecha relación, que se ha visto acrecentada en la última época con los problemas que ha presentado, luego de contagiarse con Covid hace un año, que también le obligó a hospitalizarse durante varios días.

Padrino de bautismo del príncipe William

Siendo un bebé, Constantino debió abandonar Grecia en 1940, cuando fue invadida durante la Segunda Guerra Mundial. Junto a sus padres, Pablo y Federica, los herederos del trono, y a su hermana Sofía, se radicó en Egipto y luego en Sudáfrica.

Volvió en 1946 a su país natal, y un año después Pablo se coronó rey de Grecia. Tras la muerte sorpresiva de su padre, Constantino fue coronado rey en 1964 con apenas 24 años de edad. Meses después se casó con la princesa Ana María de Dinamarca.

En 1967 debió enfrentar un golpe de Estado, que lo dejó sin atribuciones administrativas ni políticas. Intentó recuperar el poder, pero su maniobra fue frustrada y debió salir de Grecia temiendo por su vida. La familia se radicó en Italia, pero la pareja real griega tuvo altibajos y la reina Ana María se fue a vivir un tiempo a Dinamarca. 

En 1974, un referéndum en una Grecia nuevamente democrática abolió la monarquía, y Constantino se trasladó a Gran Bretaña, para instalarse de nuevo con su esposa Ana María y sus hijos. La realeza británica le prestó cobijo y lo incorporó a las actividades protocolares como uno más, tanto así que en 1982 fue uno de los padrinos de bautismo del príncipe William.

Constantino reanudó sus contactos con Grecia, viajando en 1981 a Atenas a los funerales de su madre, la reina Federica. Pero una visita en 1993 marcó su destino. Aquella vez recibió un gran apoyo de la ciudadanía, que provocó la reacción del gobierno griego que incautó los bienes de la realeza griega: dos palacios y una finca. Siete años después, Constantino logró que el Estado griego le pagara 4 millones de euros por aquella apropiación.

Dejó Gran Bretaña para volver a radicarse nuevamente en su país en 2013, y recuperar parte de la memoria monárquica perdida durante décadas, aunque sí reconocida en el resto de Europa, donde la figura del agonizante Constantino siempre inspiró respeto y consideración.

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