Antes de que la princesa Diana entrara en la vida del Príncipe Carlos, fue Lady Sarah Spencer, la hermana mayor de la futura Princesa de Gales, quien le llamó la atención al heredero del trono.
Ambos habían salido en 1977. Estuvieron en fiestas reales y las familias se conocieron. Sin embargo, cuando aumentó la presión sobre Carlos para encontrar una novia, en 1978, el romance de la pareja se apagó.
Cuenta la leyenda que Lady Sarah había decidido dar el corte a la relación de una manera que el príncipe Carlos calificó como un "estúpido error".
Sarah habló con algunos periodistas y les dijo que nunca estuvo enamorada de Carlos, pese a que se fueron de vacaciones juntos.
"No hay ninguna posibilidad de que me case con el príncipe Carlos. Es una persona fabulosa, pero no estoy enamorada de él y no me casaría con nadie a quien no amara, ya fuera el basurero o el Rey de Inglaterra. Si me lo pidiera, lo rechazaría", dijo.
"El príncipe Carlos es un romántico que se enamora con facilidad. Pero les puedo asegurar que si hubiera algún compromiso entre el príncipe Carlos y yo, ya habría sucedido. Soy una dama como un torbellino, no una persona que va en un largo y lento cortejo. Nuestra relación es totalmente platónica", agregó.
El príncipe Carlos fue advertido de lo que vendría en los diarios del día siguiente. Habló con Sarah y le dijo: "Acabas de hacer algo extremadamente estúpido".
Dos años después, los caminos de Charles y Diana se cruzaron y la joven Spencer estaba destinada a convertirse en su esposa y la madre de William y Harry.