La estrella de 44 años Katie Price parece no tener límites al momento de ingresar a un quirófano para intervenir su cuerpo. Ella se ha propuesto ser la mujer más voluptuosa de Gran Bretaña y no va a detenerse en su propósito.
Madre de cinco hijos, la participante dos veces del reality "I´m Celebrity... Get me out of Here" (Soy una celebridad, sácame de aquí), se encuentra además pasando por un proceso de separación con su pareja Carl Woods, y en los próximos días debe asistir a un tribunal financiero porque se ha declarado en bancarrota.

Sin embargo, en los últimos días fue fotografiada ingresando una clínica de cirugía estética en Bélgica donde se sometió a su décimosexta operación. Fotos obtenidas por medios ingleses la muestran sentada en una silla de ruedas y con un cánula en su mano, a pocos minutos de entrar al pabellón.
Una fuente cercana a la estrella confirmó que Price se había puesto implantes de 2.120 cc en sus senos, proque su deseo es tener los pechos más grandes de Gran Bretaña. La modelo también fue captada con una máscara de oxígeno, ya sedada, próxima a ser operada.

Katie Price comenzó a operarse el siglo pasado
La primera intervención a la que fue sometida Katie Price data de 1998, cuando iniciaba su entrada al mundo de la moda. Al año siguiente, no satisfecha con el aumento de su busto, volvió a agrandarlos, y de ahí en adelante comenzó sistemáticamente a realizarse "correcciones" en diversas partes del cuerpo.
Price alguna vez fue vista como el símil británico a la actriz estadounidense Pamela Anderson, lo que incidió en su decisión de sumar doce cirugías de aumento de senos, estiramientos de cara y varios tratamientos de liposucción, sobre todo después de dar a luz durante sus cinco embarazos.

Diversos especialistas han advertido que Price está jugando con fuego, debido a los riesgos que corre cada vez que es sujeta a anestesia general, eso independiente de todas las terapias asociadas a la implantación de silicona en sus pechos.
Pero Price está decidida a morir con sus implantes. En una reciente entrevista, la celebridad fue sincera: "En los próximos años cuando me desentierren, verán que mis siliconas son lo único que no se ha podrido".
