El pasado 11 de febrero, Netflix estrenó la segunda producción de Shona Rhimes, tras el éxito de Bridgerton. Esta vez, se trata de Inventando a Anna, una miniserie sobre la vida de Anna Sorokin, protagonizada por la actriz Julia Garnery.
La historia está basada en el artículo periodístico, How Anna Delvey Tricked New York’s Party People de la periodista Jessica Pressler, interpretada en la ficción por Anna Chlumsky bajo el nombre de Vivian Kent.
Cuando Pressler escuchó hablar de Anna, una supuesta heredera demandada por la elite neoyorkina que con gran velocidad había escalado en la pirámide social, se le encendieron las alarmas y realizó una exhaustiva investigación para aclarar con más precisión quien era la joven.
¿Quién Anna Sokorin?
Anna Sorokin nació en 1991 en Domodédovo, Rusia. Su padre era camionero y su madre era comerciante. En el año 2007, la familia se mudó a Alemania, donde Anna terminó el colegio secundario. La relación con sus padres se fue cortando y decidió mudarse a Paris, Francia, donde realizó una pasantía en la revista de moda Purple.
Para ese momento, cambió su apellido Sorokin para convertirse en Anna Delvey, y fue entonces como su nueva identidad comenzó a cobrar vida. Amigos de su familia la definieron como una gran estudiante, y una joven de mucho carácter que a veces se mostraba irritable.

Anna estaba dispuesta a llevar el lema “Finge hasta que lo consigas”, hasta las últimas consecuencias, y su mayor golpe fue su llegada a Nueva York en 2013, ciudad que la vio escalar con sus estafas, pero también la vio caer en desgracia en 2017. En su cuenta de Instagram posteaba sus reuniones con empresarios, diseñadores, inversionistas, todas las personas que formaban una cadena indestructible.
Muchas figuras claves del círculo de elite, querían salir con Anna pues demostrada una persona muy influyente en la sociedad. En un mundo en el que la apariencia funciona como una llave, la joven la tomó en sus manos para abrir las puertas del reino.
De esta manera, empezó a forjar relaciones, afirmando que su padre era un millonario alemán y que, al cumplir 25 años, ella heredaría un fideicomiso de 67 millones de dólares. Se vestía con ropa de diseñadores para proyectar la imagen que ella deseaba.

Una vida de lujos
Las prendas las adquiría a través del uso de tarjetas de crédito que les eran confiadas por millonarios que jamás dudaban de que Delvey era, efectivamente, una mujer de dinero, pero más de contactos. De hecho, en una ocasión tomó un vuelo privado y jamás lo pagó, aprovechándose de que nadie estaba realmente observándola, todos veían la superficie.
Incluso, respetados inversionistas quedaron deslumbrados por una idea ambiciosa que estuvo a unos pasos de concretarse. Muchos miembros de la élite que frecuentaba le costeaban cenas y viajes, y ella siempre les prometía devolverles el dinero.
En 2017, la Oficina del Fiscal del Distrito de Manhattan que estaba llevando a cabo una investigación por fraude bancario, hurto mayor y robo de servicios, arrestó a Anna el 3 de octubre en California. Dos años más tarde, la joven fue sentenciada a entre 4 y 12 años en la prisión estatal Rikers Island, y se le ordenó pagar una multa de 24 mil dólares y una restitución de casi 200 mil a los damnificados.

En febrero del año pasado fue liberada para ser detenida nuevamente por quedarse más tiempo en los Estados Unidos de lo que su visa se lo permitía. En la actualidad, permanece en un centro de retención de inmigrantes de Nueva Jersey en espera a ser deportada a Alemania, y el dinero que Netflix abonó por el uso de su imagen no irá a sus manos sino a las de sus víctimas.
Luego de saber que harían una serie con su historia, Anna vuelve a estar en miradas de todos, y aprovechándose de ello, volvió abrirse una nueva cuenta de Instagram donde se puede leer, “Reinventing Anna”.
