
La vocalista del dúo Jesse & Joy, Joy Huerta, está casada con Diana Atri y ambas conforman una familia con dos hijos y su mascota, pero el proceso de reconocer que estaba enamorada de otra mujer no fue fácil y tomó tiempo. La pareja se conoció gracias a unos amigos en común.
En una entrevista para el programa televisivo El minuto que cambió mi destino, la intérprete de La de la mala suerte, dijo también sentirse agradecida de que en la actualidad pueda aceptar públicamente sus preferencias sexuales sin tantos tabúes.

“Si te soy honesta, yo me enamoré de Diana y me tomó tiempo entender que yo estaba enamorada. Si no fue porque una persona en común hizo un comentario super homofóbico que yo dije: 'en la madre, es lo que estoy sintiendo... estoy enamorada de Diana'”, relató Joy.
Tras la confesión, la intérprete indicó que tiempo después se acercaron para conversar sobre lo que ambas sentían. “Platicamos y fue de: 'me estoy enamorando de ti'; 'yo también'. Y fue un silencio, como de dos horas, ella se tuvo que ir y yo también y nos quedamos con esa información, hasta que ya dijimos: 'pues gracias a Dios vivimos en la época en la que vivimos, veamos qué pasa'. Y de eso, este año se cumplen 11 años que llevamos juntas”, manifestó Huerta.

La cantante aseguró que jamás se había enamorado de una mujer hasta que conoció a Diana y comentó que el amor por su esposa le llegó por sorpresa. “Yo ya no podía y yo sé que era mutuo porque cuando hay vibra con alguien, esa vibra siempre se siente entre las dos personas... No por nada decimos que hay química, porque la química es real, tú tienes química con otra persona y la sientes. Me acuerdo y hasta siento las mariposas en el estómago”, agregó Joy.
La integrante de Jesse & Joy reiteró que tanto ella como Diana, se sienten muy felices porque en la actualidad se vive de una manera más abierta y se les permite mostrarse tal cuál son y tener una familia sólida. Incluso ella afirma que no creció viendo ese tabú.
“Curiosamente para las dos es algo muy importante, creo que tiene algo ahorita las generaciones más pequeñas que es de admirarse, en la cual están viviendo sin etiquetas de una manera más abierta y cuando lo piensas, dices: 'qué infinidad de oportunidades me daría la vida'. Yo conozco y conocimos muchas mujeres cuando yo estaba creciendo en la iglesia que llegaban llorando y oraban para que Dios les mandara un marido”, concluyó Joy.




