Celebridades

FBI estaba al tanto de posibles atentados a la vida de la reina Isabel cuando visitó Estados Unidos

En 1983, la fallecida monarca británica visitó Estados Unidos por una invitación del expresidente Ronald Reagan.

Documentos desclasificados revelan que el FBI, la agencia federal de investigación e inteligencia de Estados Unidos, tenía conocimiento de una conspiración para atentar contra la vida de la reina Isabel cuando visitó California junto a su esposo, el príncipe Felipe, en la década de 1980, informó la revista People.

La revista tuvo acceso a estos archivos, en los cuales se indica que semanas antes de la visita de los monarcas, por invitación del expresidente Ronald Reagan, un presunto simpatizante del Ejército Republicano Irlandés deseaba hacerle daño. La reina y el duque de Edimburgo arribaron en el Royal Yacht Britannia el 26 de febrero.

Un oficial del departamento de policía de San Francisco fue contactado por otro oficial que "es un visitante habitual y un familiar habitual con (un visitante no identificado) del Club Dovre. (El Club Dovre tiene una reputación popular como un "bar republicano" que es frecuentado por simpatizantes del Ejército Republicano Irlandés Provisional (PIRA))”.

Según el informe, el patrón no identificado le dijo a este último oficial que su hija había sido asesinada en Irlanda del Norte por una bala de goma y por ello planeaba dañar a la monarca: “Este hombre también afirmó que iba a intentar dañar a la reina Isabel y que lo haría arrojando algún objeto desde el puente Golden Gate cuando navega por debajo o intentaría matar a la reina Isabel cuando visitara el Parque Nacional de Yosemite”, afirman los documentos.

La visita de la reina y el príncipe se produjo durante el conflicto de más de 30 años en Irlanda del Norte que dividió a parte de la población en unionistas y nacionalistas sobre si Irlanda del Norte debería permanecer dentro del Reino Unido o unirse a la República de Irlanda y que dejó un saldo de más de 3500 personas.

A pesar de la amenaza, el FBI informó que la visita de la reina Isabel a California concluyó “sin incidentes” y el caso se cerró, aunque alertó que las amenazas de sufrir un atentado siempre estaban presentes.

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