
El rey Carlos III tiene una habilidad especial para mediar en disputas ajenas, razón por la cual está poniendo todos sus esfuerzos en resolver una que le es muy propia y que tiene que ver con uno de sus dos hijos. El monarca está empecinado en que el príncipe Harry esté en la coronación del 6 de mayo próximo, pese a que su esposa, la reina consorte Camila no quiere ver ni en pintura al duque de Sussex.
El biógrafo real Gareth Russell sostiene una interesante teoría al respecto. El trato del rey Carlos III hacia el príncipe Harry y Meghan Markle es similar a cómo intercedió hace 50 años por su tío Eduardo VIII, cuando abdicó del trono para casarse con Wallis Simpson, una actriz estadounidense divorciada en dos ocasiones.
Eduardo VIII vivió con su esposa en Francia después de que se casaron allí y estuvieron alejados de los miembros de la familia. Según Russell, "el historial del Rey Carlos III es el de construir puentes".

"Esto se ha convertido en un tema recurrente en su vida", explicó en el podcast Royally Us de US Weekly . "A fines de la década de 1960 y principios de la de 1970, cuando Carlos aún era bastante joven, era uno de los pocos integrantes de la familia real que estaba preparado para ir a París a visitar a su tío abuelo, el ex rey Eduardo VIII, y a Wallis Simpson".
Russell agregó: “Le dijo a la Reina Madre y a la Reina: 'Creo que deberíamos tratar de construir puentes entre este lado de la familia, creo que el tío y la tía deberían volver al redil un poco'. Entonces, hay un historial de Carlos haciendo cosas como esta".
Para Russell lo del Rey Carlos III con los Sussex lo califica como "un buen movimiento de relaciones públicas, uno muy sensato. No decir nada y hablar solo cuando tengas algo positivo que decir. Es una mezcla de personalidad y pragmatismo lo que lo ha llevado a hacer eso".







