La Reina Isabel II falleció hace seis meses y, salvo sus perros que están bajo custodia de Sarah Ferguson, poco se sabe sobre el resto de sus pertenencias, especialmente sus joyas y su espectacular colección de bolsos de estilo. La soberana era preocupada por su apariencia y sus elegantes trajes coloridos que siempre fueron acompañados por bolsos y sombreros como accesorios infaltables en sus apariciones públicas.
Isabel II solo usaba accesorios de la marca Launer London y comentaba que "no me siento bien vestida si no tengo mi bolso conmigo". Según Vanity Fair, el bolso era un elemento de comunicación de la soberana con su equipo. Por ejemplo, cuando colocaba el bolso sobre la mesa, es porque quería marcharse. Y si se lo cambiaba de brazo, era para que sus asesores la rescataran de un lugar donde estaba incómoda.
Camila Parker se convirtió en fiel seguidora de la firma de lujo según evidencian sus últimas apariciones. Usó un bolso negro para el día de la Commonwealth, cuando casi pierde el sombrero por el ventarrón en la entrada de la Abadía de Westminster. De alguna forma, la continuación del estilo podría convertir a la reina consorte en la heredera del clóset de Isabel II.
En el concierto de villancicos que encabezó Kate Middleton utilizó otro de los bolsos de la Reina Isabel II, al igual que en el funeral de su suegra.
Camila también tiene acceso a la colección más personal de joyas de la desaparecida Isabel II. La soberana fue repartiendo sus alhajas en vida a su hija Ana y a sus nietas, pero la esposa del Rey Carlos III se quedó con una gema cargada de significado por la pasión de Isabel por la vida ecuestre.
Fue en el Festival de Cheltenham donde lució el broche de diamantes que le regaló del diario Racing Post a Isabel II por su cumpleaños 90. La pieza fue fabricada en la joyería Birmingham Alabaster&Wilson Ltd en 2016 y representa a un jinete vestido con los colores de la difunta reina montando a caballo.