La princesa Ana, conocida como la integrante de la familia real más trabajadora y sensata, es quien mejores relaciones cultivó con Meghan Markle cuando la actriz se incorporó a la realeza.
Meghan, quien tuvo mala onda instantánea con la reina consorte Camila y que poco a poco fue desarrollando vibras negativas con su cuñada Kate Middleton, logró encajar de buena manera con la hermana menor del Rey Carlos III.
Judi James, experta en lenguaje corporal, explica que el análisis de la relación entre Ana y Meghan "arroja resultados sorprendentes".
"Ana no tiene un historial real de abrazar, asesorar o, incluso, hacerse amiga de esposas reales más jóvenes", explicó James en Express.co.uk. "Muchos de sus rituales con novias como Diana sugerían una posible irritación".
La princesa Ana nunca fue cercana a sus cuñadas Diana de Gales ni Sarah Ferguson, razón por la que su vínculo con la ex estrella de Suits llame más la atención.
“Ana no es fanática de los íconos de la moda o de la fama de las celebridades, por lo que una hermosa actriz sin interés aparente por los caballos, como Meghan, podría no haber sido la primera opción en términos de vínculos instantáneos", explicó.
Según la experta, Ana pudo ver más allá de todas estas cosas: "Meghan tenía pasión por sus causas, es elocuente y comparten el sentido del humor. Eso generó poses en donde ambas se veían genuinamente felices en compañía de la otra".
"Ana tiene una sonrisa de mejillas redondeadas y ojos entrecerrados que sugiere un placer genuino. Meghan es una mezcla de cortesía halagadora e intimidad para compartir la diversión. Además, sus cejas levantadas y su sonrisa con la boca abierta sugiere que Ana es una muy buena compañía".