El más carismático de los tres hijos de los príncipes de Gales es el menor: Louis. El príncipe de 4 años que descolló con sus expresivos gestos durante el Jubileo de Platino de la fallecida reina Isabel II, a mediados del año pasado, es el encargado de mantener una antigua costumbre dentro de la familia real.

Louis es quien debe lucir los pantalones cortos. Lo que parece una simple decisión de vestuario cómodo o propio de un época estival, encierra una tradición de antaño de la realeza y también de la aristocracia inglesa.

Louis y sus pantalones cortos: para conservar la costumbre

Willia Hansen, una de las autoridades más pretigiosas en modales y etiqueta de Gran Bretaña, sostiene que vestir de pantalones cortos es una tradición muy propia de Inglaterra, ya que es una manera de distinción entre la adultez y la niñez. 

Hansen afirma que, también de alguna forma, es una manera de discriminar, ya que, más antes que ahora, el uso de pantalones largos en niños menores de 8 años aproximadamente era propio de barrios de clase media. Los pequeños de clase alta empleaban la prenda que llegaba hasta la rodilla.

Príncipe George, de largos; Louis, de cortos. 

Los pantalones cortos de Louis son entonces los que sostienen una tradición real, que en siglos anteriores tenían otros atuendos para representar la distinción etaria: batas, para los primeros dos años de vida; calzones largos para un año más, y luego los pantalones cortos, entre los 4 y 7 años aproximadamente.

La costumbre, por cierto, también la vivieron no hace muchas décadas los príncipes William y Harry, que hoy tienen una pelea pero de pantalones largos. Ambos aparecen en múltiples fotografías y en numerosas ocasiones de la forma que hoy distingue al príncipe Louis, y que el pequeño luce con tanta gracia.

William y su madre, Diana. El príncipe de Gales también mantuvo la tradición
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