La modelo Rikkie Valerie Kollé hizo historia. Por primera vez en los 94 años de Miss Universo Países Bajos, una mujer transgénero ganó la competencia. Rikkie, de 23 años, se alzó con el título principal y culminó una historia de vida excepcional.
Rikkie supo desde pequeña que era una niña y sus padres también lo vieron. Cuando tenía 10 años, se embarcó en el viaje para convertirse en la mujer que siempre fue. Kollé tuvo la fortuna de provenir de una familia que la acogió con comprensión. Nunca le fue difícil haber nacido en el cuerpo equivocado.
Aunque no todo fue siempre color de rosa en su vida. Fue aceptada en el círculo familiar y de amigos, pero también sufrió bullying en la escuela primaria y secundaria. Fue en las aulas y los pasillos de su colegio donde se convirtió en la persona que hoy es. “Me he vuelto muy fuerte”, afirma.
Rikkie, la mujer de hierro
Los jueces de Miss Universo Países Bajos comentaron que Rikkie los había impresionado desde un comienzo de la competencia por su “carácter de hierro” y su “misión clara”.
La reina de belleza nunca tuvo problemas en narrar su historia de vida. “Nací niño. He estado en un viaje desde una temprana edad para convertirme en la mujer que siempre fui. Ahora que soy Miss Países Bajos, también quiero transmitir eso a una generación más joven. Para aquellos que lo necesitan, que no pueden contar con familiares y amigos, sino que están solos, porque todo el mundo los ha dejado, porque no les permiten ser quienes quieren ser”.
Rikkie se fortaleció con sus apariciones en redes sociales y se convirtió en una gran inspiración. El día de su elección, sus hermanos menores y sus padres estaban en primera fila para festejar con ella, sobre todo su hermana Isa (19), que también participó en el casting pero no fue seleccionada, era la más feliz de todas.
Atrás ha quedado el odio de un sector de la gente que desaprobaron que una mujer transgénero ganara el concurso. “No voy a perder mi tiempo leyendo Facebook y Twitter. Realmente tengo más cosas importantes y divertidas por delante y otras cosas en las que concentrarme. No tiene valor agregado para mí preocuparme por los caballeros del teclado que quieren juzgarme en las redes sociales”.
Rikkie, por el contrario, agradeció a los haters. “Debido a todos esos haters, voy a dar a conocerme más ahora. Gracias a ellos puedo compartir mi historia con más personas. Así que les estoy agradecido por ello. Realmente no me hacen daño. Lo siento por ellos”.
Su foco está en el certamen final de Miss Universo en El Salvador. “Es una gran experiencia de vida estar ahí entre todas esas mujeres. Pero creo que es más importante que mi mensaje ya haya llegado”.