El 22 de septiembre de 2002, Laura Zapata y Ernestina Sodi, hermanas de la reconocida cantante Thalía, vivieron una de las experiencias más traumáticas de sus vidas: fueron secuestradas al salir del teatro en la Ciudad de México.
Un Día que Cambió sus Vidas
Laura Zapata, reconocida actriz mexicana, y su hermana Ernestina Sodi, salían de la obra de teatro «La casa de Bernarda Alba» cuando fueron interceptadas por un grupo de hombres armados. Al principio, Laura pensó que se trataba de un asalto, pero pronto se dio cuenta de la gravedad de la situación.
Las hermanas fueron separadas y trasladadas a diferentes casas de seguridad. Durante su cautiverio, Laura Zapata tuvo que enfrentarse a la cruda realidad de su situación, incluso llegando a interactuar con sus captores. Uno de ellos, a quien Laura apodó «Pancho», se declaró fan de la actriz.
El Rescate y la Liberación
Los secuestradores exigían 5 millones de dólares por su liberación, dinero que supuestamente debía ser proporcionado por Tommy Mottola, esposo de Thalía. Sin embargo, Laura fue liberada después de 10 días sin que se pagara rescate alguno por ella. Ernestina, por otro lado, permaneció en cautiverio durante 5 días más antes de ser liberada.
Las Secuelas del Secuestro
El secuestro dejó profundas cicatrices en ambas hermanas. Laura Zapata ha declarado en varias ocasiones que le tomó más de seis años recuperarse completamente del trauma. Ernestina Sodi, por su parte, reveló en su libro «Líbranos del Mal» que fue violada durante su cautiverio.
La relación entre las hermanas también se vio afectada. Ernestina llegó a señalar a Laura como la autora intelectual del secuestro, lo que causó un gran distanciamiento entre ellas.
El secuestro de Laura Zapata y Ernestina Sodi es un recordatorio de la vulnerabilidad a la que incluso las figuras públicas pueden estar expuestas. Sin embargo, también es una historia de resistencia y resiliencia, de dos mujeres que, a pesar de las circunstancias, lograron sobrevivir y seguir adelante.