
Tras casi 25 años de carrera artística, Eugenio Siller es uno de los actores mexicanos más exitosos. El carismático histrión de telenovelas como Al diablo con los guapos, confesó en una entrevista cuáles han sido las dificultades que se les han presentado a la hora de obtener algún papel.
Durante una entrevista para la revista TVyNovelas, el actor aseveró que el ser rubio y atlético, ha hecho que los productores encargados de escoger actores, no se interesen por él, contrario a lo que el público y sus seguidores podrían pensar.

“No te imaginas la cantidad de veces que me ha pasado. Que si no les gusta mi voz, que si soy muy blanco, que si soy rubio, que si muy atlético. Y puedo entender que no dé el tipo del personaje, lo malo luego es el trato que te dan quienes hacen las pruebas de actuación. En Estados Unidos, por ejemplo, fui a una audición y de plano me cortaron a la mitad”, manifestó Eugenio.
Aseguró que el mundo de la actuación no es nada sencillo debido a la gran competencia que existe entre sus colegas, por lo que comentó que siempre debe prepararse para aceptar el rechazo de algunas producciones. “Ya aprendí a no tomarlo personal, y eso ayuda mucho a que no te lastimen; me tomó mucho tiempo aprender a quererme y aceptarme como soy”, indicó Siller.
Conforme iban pasando los años, Eugenio confesó que en muchas oportunidades se sentía tan mal que pensó en retirarse de la televisión, el teatro, cine y proyectos de streaming, ya que los afirma que los jefes de reparto pueden llegar hacer muy crueles.
“Sí, he pensado en retirarme muchas veces, pero entonces me daban call back en algún proyecto, y eso me animaba a pensar: '¡Ya viene lo bueno!'. Y es que los productores o jefes de reparto suelen ser muy crueles; en una ocasión pasé a dejar mi portafolio de fotos, y esa persona lo aventó en el escritorio, así como si nada, y eso lastima”, recordó el famoso actor.

Tras el gran éxito de tuvo en ¿Quién mató a Sara?, Eugenio Siller se ha ganado el reconocimiento del público estadounidense, por lo que aseguró que la gente lo detiene en la calle para pedirle alguna fotografía o felicitarlo por su trabajo.



