Sara Uribe está en pleno trabajo de cierre de temporada. Preocupada de sus salones de estética, con marcas de productos que le ruegan asociarse con su imagen para que las publicite y con sus contratos de modelaje profesional, posiblemente el área que más le agrada.

Eso, sin contar todo el tiempo que se da para poder conversar sistemáticamente con sus seguidores en Latinoamérica (tiene más de 6 millones solo en Instagram), ya sea de manera directa o a través de mensajes que sube en las redes sociales.

La dura separación con el futbolista Freddy Guarín, con quien tuvo a Jacobo, el hijo que la desvela y mantiene ocupadísima, ya parece ser un tema superado. Aun cuando Sara, más de alguna vez, se ha quejado de que siente que su pequeño está creciendo sin la presencia de una figura paterna, sus intenciones de emparejarse están por ahora en un segundo plano.

La modelo prefiere mantener distancia de establecer una futura relación, máxime si su objetivo central es la crianza de Jacobo y el crecimiento de su mini imperio de negocios y representaciones.

A propósito de su buen momento fue que Sara sorprendió con unas imágenes en traje de baño, pero con un particular mensaje que la reflejan en su actual instante vital: "Pensé en retocarla. Quizás en otro momento lo hubiera hecho, le hubiera sacado cintura, hubiera tapado mi celulitis, algo hubiese corregido, pero algún defecto le hubiera buscado. Pero hoy me sentí hermosa, feliz y llena de una energía tan linda. Esa pelada del espejo me enseñó a valorarme y a quererme y a aceptarme cómo soy. Y yo a esa PELADA LA AMO MAL".

Como para no dudar que Sara Uribe está viviendo un capítulo esplendoroso y que los malos episodios de su separación con su ex esposo ya son, definitivamente, parte del pasado.

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