
A pesar de ver historias de amor de príncipes y princesas en la vida real, lo cierto es que no todas las monarquías o imperios admiten que sus integrantes den el "sí" más importante en una relación a plebeyos, obligándolos a dejar atrás su título de nobleza si es que desean quedarse con sus parejas. El caso más reciente de esta situación es la princesa Mako de Japón, hija del príncipe heredero Akishino, quien aceptó dejar atrás toda su vida en la realeza para casarse con su novio, Komuro Kei.
Según las reglas por las que se rige la familia imperial japonesa bajo el emperador Naruhito, a las integrantes mujeres de la realeza nipona no se les permite desposar a quienes no tengan sangre real, por lo que, de forma obligada, deben dejar su título de nobleza y convertirse en ciudadanos comunes.
La entonces Mako de Akishino, estudió Arte y Patrimonio Cultural en la Universidad Cristiana de Tokio, en donde conoció a su esposo Komuro Kei. La princesa también cuenta con un master en Museología de la Universidad de Leicester de Reino Unido.
La posible boda se anunció por primera vez en 2017, con fecha para el siguiente año, pero la pareja debió enfrentar como obstáculo el rechazo del público debido a la deuda de casi cuatro millones de yenes que tenía la familia del novio, más de 710 mil pesos mexicanos. En la sociedad japonesa los problemas financieros son muy mal vistos, y una gran cantidad de nipones estuvo en contra de permitir que parte del "alma de Japón", como se le conoce a la familia imperial, tuviera un futuro repleto de problemas económicos.
Sin embargo, casi tres años después, la pareja consiguió realizar su matrimonio y se acaban de mudar a su nuevo hogar en Tokio, como los felices Kei y Mako Komuro. Sin embargo, se espera que su estadía en la capital japonesa no dure demasiado, y que la pareja se mude a Nueva York, en donde Kei trabaja como abogado.
"Siento mucho que (mi matrimonio) cause inconveniencia, y estoy agradecida de aquellos que han continuado apoyándome", expresó Mako en una rueda de prensa tras su boda, según reportó el medio japonés NHK. "Para mí, Kei es irremplazable. El matrimonio fue una opción necesaria para nosotros", agregó. Por su parte, su esposo expresó que amaba a la princesa, y que, ya que sólo cuenta con una vida, deseaba pasarla con la persona que ama.







