
Hace siete años unos hackers entraron a la cuenta iCloud de Jennifer Lawrence e hicieron públicas unas fotografías donde la actriz aparece desnuda; ella y otras famosas sufrieron el ataque cibernéticos que dejaron al descubierto su intimidad.
Tras mucho tiempo alejada de los reflectores, la ganadora del Oscar ahora protagoniza la portada de la revista Vanity Fair para su edición de diciembre, y destapa en una extensa entrevista los sentimientos que despertó cuando sucedió ese capítulo en su vida y otro más que la dejaron "traumatizada".
"No he hablado con el mundo en una eternidad. Y para volver ahora, cuando tenga todos estos nuevos accesorios agregados a mi vida que obviamente quiero proteger", declaró la protagonista de Los juegos del hambre.
Cuando el mundo pudo tener acceso a sus fotografías, para ella significó un punto de quiebre, y sintió que los todos los ojo estaban puestos sobre ella, sus reacciones y cada uno de sus movimientos. Confesó que es un episodio que todavía la persigue y que jamás superará.
"Cualquiera puede mirar mi cuerpo desnudo sin mi consentimiento, en cualquier momento del día", dijo. "Alguien en Francia los acaba de publicar. Mi trauma existirá para siempre", sentenció.
Esta experiencia también le sirvió para manejar su intimidad con más cautela, no sólo por ella sino también para proteger al hijo que espera, fruto de su relación con su pareja, Cooke Maroney.
"Cada instinto de mi cuerpo quiere proteger su privacidad por el resto de su vida, tanto como pueda. No quiere que nadie se sienta bienvenido en su existencia. Y siento que eso comienza con no incluirlos en esta parte de mi trabajo", manifestó.
Otra de las experiencias que marcaron a la actriz fue en 2017, cuando el pequeño avión privado en donde viajaba sufrió un desperfecto, lo que hizo que realizara un aterrizaje forzoso.
"Volar es horrible y tengo que hacerlo todo el tiempo", sentenció explicando que mientras sucedía todo, empezó a dejar "pequeños mensajes de voz mentales" a su familia, pensando que no sobreviviría al eventual accidente.
Lawrence volvió a los sets de filmación para protagonizar la comedia de Adam McKay, Don't Look Up.







