La gravedad del estado de Carmen Salinas (82) es impredecible, pero las estadísticas no son positivas. El derrame cerebral en una persona mayor de 80 años, casuísticamente hablando, tiene una baja proyección de sobrevida, en relación a un menor de 50 años, y efectos colaterales insospechados para su vida a futuro.
Un derrame cerebral espontáneo localizado en la base cerebral, como el que tuvo la actriz, es poco frecuente pero altamente mortal respecto de los otros. Es prácticamente inoperable pues por su ubicación, compromete la médula espinal y el cerebro, y por consecuencia, todas las funciones vitales.
Las próximas 48 horas son trascendentales para evaluar las consecuencias que tendrá para su vida posterior el derrame cerebral. Si se logra controlar la hemorragia, se regula la presión arterial craneana y se empieza a reabsorber el edema, se podrá empezar a analizar qué tan profundo fue el compromiso neurológico.
Hasta el momento, la actriz se encuentra en un coma natural y con asistencia respiratoria. Esas dos son las manifestaciones externas de su crítica condición, porque aún es prematuro establecer la cuantía del daño neurológico.
Trastornos motrices y de lenguaje
La información que han entregado sus familiares es insuficiente como para desarrollar una prospección diagnóstica, sin embargo la literatura médica concuerda en que las personas mayores de 80 años que logran sobrevivir, van a requerir una etapa de rehabilitación intensa. Son casos excepcionales quienes no sufren problemas de motricidad o trastornos de lenguaje y memoria después de un accidente cerebral.
En el caso de Carmen Salinas, no hay antecedentes previos a que tuviera algún tipo de sintomatología que anticipara el derrame. Por lo que ha dicho su familia, sí padece hipertensión y se medica regularmente para controlarla. Los estudios médicos también sostienen que esta enfermedad prevalece entre quienes sufren un accidente cerebral.
Las referencias estadísticas indican que si al cabo de 14 días de registrarse el accidente no se ha iniciado la recuperación de los movimientos, la posibilidad de que haya una recuperación funcional será de escasos resultados.
Los estudios clínicos coinciden que si el paciente sufrió algún tipo de parálisis y el estado persiste durante 5 o 6 semanas, es altísimamente probable que esta condición sea permanente.