
El cine es sinónimo de un mundo de posibilidades, lleno de creatividad y opciones infinitas que permite hacer realidad cualquier sueño. Y muchas veces, puede provocar que nos den ganas de ser parte de tan fantásticas e imposibles producciones, como con Dune, un escenario político, científico y social inventado por Frank Herbert en 1965.
En el caso del reciente estreno, el guionista Denis Villenueve nos presenta el planeta Arrakis, un enorme desierto, implacable y mortal. Lugar que inevitablemente nos hace preguntarnos ¿podrían los humanos, habitarlo con la tecnología actual? Sin embargo, no nos quedaremos sólo en los cuestionamientos. Gracias a un grupo de científicos especializados en la modelación climática, tenemos la respuesta.
Primeo, ¿cómo es Arrakis? En la película este planeta es un gran desierto, por lo que es apodado Duna. En sus zonas polares, similares a las de la Tierra, existen glaciares de donde se puede extraer agua. Arrakis también tiene una atmósfera de 350 partículas de carbono (CO2), por millón, mientras que la Tierra tiene 417. También cuenta con 0.5% de ozono (que contiene oxigeno), mientras que la Tierra tiene 0.000001%.
Con esos datos base, que los científicos obtuvieron gracias a la Enciclopedia de Duna, pudieron hacer un modelo climático de Arrakis. Las estimaciones aseguran que el planeta se vería más o menos así, según reportan en Science Alert.

Para realizar este experimento consideraron las leyes reales de la física, y no las que podrían existir en este universo ficticio. Una vez ingresados todos los datos, los científicos tuvieron que esperar más de tres semanas para obtener el resultado, que es esta imagen.
De acuerdo con los datos y el modelo, en su zona tropical, Arrakis tendría una temperatura mínima de 15° Celsius y una máxima de 45°. En las latitudes medias habría entre 50° y 60°, mientras que sobre la arena serían 70°, y en invierno -40°. En el caso de los polos, la mínima sería -75°.
Aunque tendríamos acceso a agua y oxígeno, las temperaturas son demasiado extremas como para permitirnos desarrollar vida en tal superficie.







