Miles de eruos son los que se está ahorrando la familia real en la mantención de la casa de Navidad en Sandringham, gracias a un innovador sistema de calefacción basado en la combustión de astillas de madera que diseñó el duque de Edimburgo.

La finca, ubicada en el norte de Norfolk, ha sido el lugar que eligió la familia real para el descanso navideño, aprovechando que desde 2019 que no se ocupaba debido a la pandemia de Covid-19. Y pese a las bajas temperaturas, al interior de la mansión no se ha sentido frío porque el sistema de calefaccion funciona con gran eficiencia.

La reina con el duque de Edimburgo, hace dos años

Antes que Felipe de Edimburgo ideara la instalación del sistema ecológico, la antigua caldera que abastecía la mansión no daba para alimentar al mismo tiempo a todos los concurrentes que se quedaban a dormir con motivo de las fiestas.

Pero el esposo de la reina Isabel II y padre del rey Carlos III aprovechó el privilegio de contar al lado de la mansión con un bosque que ha sido el capaz de abastecer con madera astillada la caldera de biomasa, que calienta toda la mansión con un moderno sistema de losa radiante, también pensado por el duque de Edimburgo, fallecido en abril del año pasado.

La mansión de Sandringham House

Pero los suculentos ahorros obtenidos por la familia real, dicen los críticos, solo se obtienen gracias a que las astillas se consiguen de la tala de árboles del bosque aledaño, lo que desde ya es un privilegio a los que pocos tienen acceso.

En contrario, quienes apoyan el sistema instlado por Felipe de Edimburgo, reconocen que es un gran avance respecto de otras residencias de la realeza, que no tienen ese sistema y que sí gastan enormes sumas de dinero en calefaccionarla.

Felipe de Edimburgo le transmitió a Carlos III su inquietud por el calentamiento global

Expertos consultados por medios británicos, calcularon que se requerían entre 20 y 30 pinos para calefaccionar y dotar de agua caliente las dependencias centrales de Sandringham House, que igualmente son ocupadas pocas veces al año, pero que la calidad de energía es completamente libre de carbono.

Felipe de Edimburgo, a su vez, fue el primer miembro de la realeza británica en preocuparse del medioambiente y del calentamiento global, inquietud que fue heredada por su hijo, el rey Carlos III.

abre en nueva pestañaabre en nueva pestañaabre en nueva pestaña