Kate Middleton no pasa inadvertida cada vez que concurre a Wimbledon. Este año, a diferencia de tonos pastel de otros años, usó un vestido verde suave de 500 dólares. Pero son sus gestos los que la retratan como una auténtica fanática del tenis y no como una socialité que concurre al torneo para exhibirse. La Princesa de Gales estuvo este sábado en la final femenina con un traje verde azulado y generó varios comentarios sobre sus gestos a lo largo del juego.
La experta en lenguaje corporal Judi James comentó en Express.co.uk que “hay algo en las expresiones faciales y el lenguaje corporal de Kate que sugiere no solo el entusiasmo de los fanáticos por asistir a la final femenina. Hay una sugerencia furtiva de que desearía haber estado compitiendo en la cancha también”.
James explicó que “su atuendo inspirado en la década de 1950 parece recatado, pero la forma en que agarra la cadena de su bolso con fuerza muestra un fuerte sentido de anticipación. Mientras dobla el brazo por el codo, vemos un músculo de la parte superior muy tonificado que se flexiona de una manera que sugiere que jugará cada tiro en su mente a medida que avanza el partido. Esta ‘empatía por la actividad’ muestra un fuerte rasgo de sintonizar con la experiencia deportiva en lugar de simplemente asistir como espectador”.
La Princesa de Gales estuvo en el segundo día de competencia e invitó al palco al ex campeón Roger Federer, con quien había grabado un video con los alcanzapelotas del torneo la semana anterior.
James corrobora que lo de Kate es fanatismo genuino por el deporte: “Eso también explicaría las expresiones faciales muy animadas de Kate mientras mira el partido. Es como si quisiera estar jugando”.