Si bien el Príncipe Harry y Meghan Markle se han distanciado de la familia real desde que abdicaron en 2020, y específicamente desde que dieron la entrevista con Oprah Winfrey en 2021, la mala relación de los Sussex con La Firma viene desde mucho antes.
Las grietas de la relación de Meghan Markle con Kate Middleton vienen al menos desde 2018, un año antes de que la exactriz de Suits se casara con el príncipe Harry. La experta en lenguaje corporal Judi James descubrió algunos signos de quiebre entre Meghan y Kate durante su visita al torneo de tenis de Wimbledon, en 2018 y 2019.
“Si comparas el lenguaje corporal de Kate y Meghan, en Wimbledon en 2018 y 2019, parece que su relación está envejeciendo al revés”, dijo James.
“En 2018 se veían más cómodas entre ellas. Sus atuendos estaban sincronizados y parecían estar divirtiéndose como uno se divierte con una amiga, sentadas cerca, riéndose y susurrando juntas detrás de sus manos”, explicó.
A partir del año siguiente, las cosas cambiaron. “Para 2019 trataban de refutar los rumores sobre una ruptura. Sus señales de lenguaje corporal parecían educadas, pero no respaldadas por ningún signo de diversión relajada. Sus sonrisas parecían forzadas”.
James hizo un análisis sobre los gestos y señales corporales: “Las mejillas de Meghan se veían demasiado levantadas y redondeadas, mientras que la sonrisa se veía tensa. Kate normalmente presentaría una versión más despreocupada de sí misma en Wimbledon, casi como una fanática, pero se veía mucho más formal aquí”.
“Meghan sugirió sentimientos de vulnerabilidad con una mano colocada cerca de su cuello varias veces”, detalló la experta.