Cuando se acerca el duodécimo aniversario de la boda del príncipe Alberto con la princesa Charlene de Mónaco, se lanzará una biografía no autorizada de la ex nadadora olímpica sudafricana y muchos de los misterios que ronda en torno a ella podrían aclararse.
La princesa monegasca es una de las integrantes más enigmáticas de la realeza europea y, por lo tanto, una de las que posee un mayor magnetismo. Sus apariciones están rodeadas de misterio y siempre ha sido una incógnita saber si se casó realmente enamorada y si es feliz en Montecarlo. El libro sobre la llamada princesa triste lleva como título Charlene: In Search of a Princess y fue escrito por la periodista sudafricana Arlene Prinsloo.
“Esta primera biografía de la princesa repasa la vida de la joven, desde su infancia en Zimbabue hasta los Juegos Olímpicos, su historia de amor con el príncipe, su matrimonio de ‘cuento de hadas’ y su maternidad, su larga estancia en Sudáfrica y su difícil regreso al Principado... Esta biografía narra el viaje de una mujer en busca de la felicidad, para sí misma y para su familia, y cuenta cómo Charlene lucha por encontrar su lugar en una corte de estricto protocolo”, dice la reseña del título.
Más allá de los avatares de su vida con la realeza, que han llenado páginas periodísticas, tuvo una infancia traumática en Zimbabue que finalizó cuando los rebeldes les incendiaron la casa y debieron mudarse a Sudáfrica.
Otra de las grandes incógnitas que busca escudriñar el libro es sobre los problemas de salud de los últimos meses y si realmente se siente como parte activa de la realeza de Mónaco.
La portada del libro que recientemente fue traducido al francés muestra a Charlene con un vestido negro de fiesta, el pelo recogido y una espléndida sonrisa que pocas veces se le ve en los actos oficiales.
Prinsloo dijo en el portal de noticias sudafricano News24 que alguna vez el príncipe Alberto declaró que se compadecía de la mujer que algún día se casara con él, porque pensaba que lo iba a pasar mal. “Y tenía razón. Pero también, y espero que esto se refleje en el libro, Alberto trató de mantener en privado la enfermedad de Charlene, porque sabe que todo en sus vidas está muy estudiado”, explicó la periodista.