El desalojo del Príncipe Harry y Meghan Markle desde la residencia que les regaló la Reina Isabel II en Frogmore Cottage tiene repercusiones que van más allá del bochornoso hecho de tirar a alguien a la calle.
La acción ordenada por el rey Carlos III impide que el príncipe Harry pueda llegar a sustituirlo en caso de emergencia. Y eso lo logra quitándole el patrimonio real al duque de Sussex, según los expertos.
En el caso de que el Rey no pueda asumir temporalmente un deber oficial, por enfermedad o ausencia en el extranjero, dos o más consejeros de Estado son designados por cartas patentes para actuar en lugar de Su Majestad.

Según el experto real Richard Fitzwilliams, "al no tener una residencia formal en el Reino Unido, que es un requisito indispensable, el príncipe Harry no estará disponible para ser llamado a actuar como consejero de Estado".
Más allá de haber renunciado a la realeza, Harry es uno de los elegibles para ser consejero de Estado por ser descendiente directo del Rey. Al perder el domicilio legal, pierde opción de acceder al cargo y, eventualmente, reemplazar al monarca algún día.
El rey Carlos III ordenó el desalojo del príncipe Harry y Meghan Markle desde Frogmore Cottage el 11 de enero pasado, luego de enterarse de las graves acusaciones que el duque de Sussex hizo contra la reina consorte Camila en el libro de memorias Spare, que había salido a la venta un día antes.