David Beckham viajó a París por razones profesionales, pero en su fuero interior el propósito era una muy superior: tratar de reunir a la familia luego de una serie de inconvenientes que se han ventilado por los medios periodísticos del mundo.
Cuando asomó por la capital francesa, parte de su objetivo ya se había cumplido sin que el ex futbolista y empresario tuviera que esforzarse. La gran duda de si su esposa Victoria Beckham y su nuera, la modelo Nicola Peltz, tendrían algún espacio en sus ocupadas agendas para poder reencontrarse, se había disipado.
Ambas estaban alojadas en el mismo lujoso hotel parisino, luego que la modelo y su esposo, Brooklyn Beckham, el hijo mayor de Victoria, que llegaron unas horas después a parís, reservaran habitación en el mismo recinto que la diseñadora, quien llegó a presentar sus diseños en la Semana de la Moda en París.
Ya con el tema logístico prácticamente resuelto, a David Beckham solo le faltó programar el encuentro en un salón para que Victoria, Nicola, Brooklyn, y dos de los tres hijos restantes, Cruz y Harper Seven, pudieran tomarse la fotografía de rigor, muy propia del clan Beckham, todos mirando a la cámara con cierto rostro de felicidad y muy compuestos.
"No podría hacerlo sin ustedes, los quiero mucho a todos x #harperseven @davidbeckham @cruzbeckham @brooklynpeltzbeckham @nicolaannepeltzbeckham. Besos desde París (¡te extrañamos @romeobeckham!)", escribió la diseñadora en su cuenta de Instagram al publicar la foto.
Efectivamente, el único ausente fue Romeo, el segundo después de Brooklyn, quien se quedó en Gran Bretaña, ya que está integrando el plantel sub 21 del Brentford FC.