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Princesa Charlene se queda en Mónaco cuando Alberto II viaja a Francia a unirse a cofradía milenaria

El soberano de Mónaco viajó a un pueblo francés para sumarse a la hermandad que no consideró a Charlene en la convocatoria

Princesa Charlene no ingresa a la cofradía milenaria a la que se sumó su esposo, el Príncipe Alberto Los dignatarios monegascos no fueron juntos a Francia - Créditos: Instagram

Fronton, un pueblo francés cercano a la ciudad de Toulouse, recibió al príncipe Alberto II de Mónaco, para que el dignatario ingresara a la lista de una milenaria cofradía, la Commanderie des Maîtres Vignerons du Frontonnais, institución que no consideró a la princesa Charlene en la convocatoria. 

La marginación de la esposa del soberano monegasco a la ceremonia supuso que tampoco viajara a acompañarlo en la misma, aunque en fuentes de la casa real se señaló que era algo normal que no lo hiciera y que prefiriera quedarse en el Principado con sus hijos.

Alberto de Mónaco fue invitado en 2022 por un miembro de la cofradía, Daniel Dall'Armi, quien le envió una carta personal para que pudiera ingresar. El dignatario aceptó integrarse a la cofradía, y este domingo, frente a una repleta iglesia de Notre-Dame-de-l'Assomption, se hizo presente a una misa que dirigió el arzobispo de Toulouse, monseñor Guy de Kerimel, con motivo de San Vicente, patrón de los viticultores.

El soberano se ubicó en la primera fila, ocupó un sillón de madera tapizado en colores, reservado para invitados preferentes. Lució un traje y abrigo negro, ingresó cuando la capilla ya estaba repleta, y a su lado estuvieron las autoridades del pueblo de 6.500 habitantes.

En la ceremonia, Alberto de Mónaco juramentó junto a otros tres miembros "ser fiel a los vinos de Frontón y darlos a conocer. También prometo ser fiel a la Confrérie des Maîtres Vignerons of the Frontonnais”. Luego, se le entronizó con el bastón de la cofradía y se le ciñó la famosa capa azul, la medalla y la insignia de la Cofradía.

El príncipe Alberto se convirtió en el primer integrante de la realeza que visitaba la iglesia de Frontón desde 1632, cuando asistió Luis XIII, quien, según los documentos de la época, curó a 400 enfermos después de una misa de Todos los Santos en la plaza de la iglesia. 

Las autoridades locales prohibieron tomar fotos y videos a lo largo de la ceremonia, pero los presentes tuvieron la oportunidad de saludar y hasta de converdar brevemente con Alberto de Mónaco a la salida de la iglesia, incluso sacándose algunas selfies y autógrafos en particular.

Alberto de Mónaco había llegado el sábado por la noche al pueblo galo y este domingo, luego de almorzar con los integrantes de la cofradía, se dirigió al aeropuerto de Toulouse Blagnac, para abordar su avión privado que lo llevó de retorno a Mónaco, donde asistió a la derrota de su club AS Monaco con el Niza.

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