Celebridades

Hijas de Michael J. Fox orientan su vida profesional para curar el mal que afecta a su padre

Las jóvenes Aquinnah, Schuyler y Esmé han trabajado durante años salvar al intérprete de "Marty McFly" de un avanzado Párkinson.

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A más de tres décadas del estreno de "Volver al Futuro", Michael J. Fox se mantiene más activo que nunca en sus redes sociales, espacio donde comparte con loss fanáticos sus momentos familiares así como también el día a día del terrible mal de Párkinson que sufre desde los 29 años. 

Cuatro años luego de su salto a la fama, el actor conoció a su esposa y amor de su vida, Tracy Pollan, en el mismo momento que comenzaba a experimentar los primeros síntomas de la enfermedad. Sin embargo, ante una serie de malos diagnósticos para el futuro, la pareja ha vivido su amor al máximo y han formado una familia junto a sus cuatro hijos.

El Clan Fox está compuesto por Sam, el primogénito de la pareja quien llegó al mundo al año siguiente de que los actores contrajeran matrimonio. Con 32 años el joven ha sido el único que continuó el legado de su padre en el cine, pero desde la vereda de la producción y a la fecha cuenta con dos importantes obras: Good Grief y Ben Barnes 11:11. 

Sus gemelas de 26 años, Aquinnah y Schuyler, alejadas completamente de los reflectores y la fama, han estado implicadas dos importantes causas. Las hermanas ayudaron con la creación de la "Fundación Michael J. Fox", organización que aporta la mayor cantidad de fondos a la investigación del Párkinson, según Forbes

Aquinnah por su parte, se encaminó en el mundo de la filantropía de lleno y fundó su propia organización, Pancakes for Parkinson, para cooperar en la lucha por la cura del terrible mal. 

En un reciente mensaje de cumpleaños, Michael sostuvo: "Me siendo afortunado de ser su padre". Schuyler tampoco se ha despegado de la lucha por grandes causas. Junto a la empresa See Beneath la joven trabaja a tiempo completo en la creación de videos educativos para niños de espectro autista. 

Esmé es la menor y quien más ha llamado la atención por su increíble parecido a Michael y, a su corta edad, siguió el camino de sus dos hermanas. Con el propósito de ser parte la cruzada por encontrar una cura, con tan solo nueve años fundó un negocio de galletas llamado "Cookie Crazie" para destinar todas las ganancias a la fundación de su padre. Hoy con 21 años se mudó a la Universidad de Duke y mantiene una vida lejos de la fama. 
 

 

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