Cuando el príncipe Harry contó en el libro Spare que había perdido su virginidad en 2001 a los 17 años con una mujer mayor a pleno campo y detrás de un pub muy concurrido, tuvo una visita inesperada e incómoda al día siguiente.
Estaba en el Eton College en Windsor cuando uno de los guardaespaldas de la familia real lo visitó. Marko era el nombre del funcionario que sometió a Harry a un interrogatorio que él mismo calificó como "humillante".
Estaban en una cafetería cuando el "guardaespaldas de mirada sombría", como lo calificó el duque de Sussex, le dijo que había sido enviado para "descubrir la verdad".
Fue cuando comenzó el calvario de Harry, quien detalló en el libro: "Sospeché que se refería a mi reciente pérdida de la virginidad, un episodio humillante con una mujer mayor a la que le gustaban los caballos machos y que me trataba como a un semental joven".
"Pensé en ese momento que uno de mis errores fue dejar que sucediera en un campo, justo detrás de un pub muy concurrido. Sin duda alguien nos había visto", agregó.
Sin embargo, la verdadera razón por la que Marko había ido a ver a Harry era porque la oficina de prensa del rey Carlos III recibió el dato que un periódico tenía evidencia de que Harry estaba consumiendo drogas.
En cuanto el príncipe supo que esa era la razón de la visita respiró aliviado y se apuró en responder con vehemencia que "son todas mentiras".