Este domingo se celebró el funeral de Lisa Marie Presley y como ya se había adelantado, los restos de la cantante fueron enterrados junto a su hijo en Graceland, en la famosa mansión de su padre en Memphis que ella convirtió en uno de los lugares turísticos más famosas del mundo. Paradojalmente, a la heredera del rey del rock no le gustaba una parte de la mansión.
De acuerdo con sus propias palabras, a Lisa le parecía incómodo ver las tumbas de su familia desde la ventana de su hogar. Así lo expresó en 2003 durante una entrevista para la revista Playboy: "¿Cuánta gente tiene un cementerio para la familia en el patio trasero? ¿Cuánta gente tiene que recordar cuál puede ser su destino, su mortalidad, a diario? Todas las tumbas están alineadas y allí hay un sitio vacío, esperándome, justo al lado de mi abuela".
Se especula que a la familia Presley la persigue una maldición, ya que varias generaciones han muerto por alguna afección del corazón: su padre falleció debido a una arritmia con fibrilación; su abuela Gladys Love murió de insuficiencia cardíaca, a los 46 años; su abuelo Vernon, de un paro cardiaco, y Lisa Marie, de dos infartos.
La hija de Elvis Presley tuvo un servicio fúnebre este domingo que fue transmitido en directo y en el que estuvieron famosos, como Axl Rose y la duquesa de York, Sarah Ferguson, quien dio unas palabras de aliento a los familiares de la fallecida.
El actor Austin Butler, quien interpretó a Elvis en la película de Baz Luhrmann, también acudió a darle el pésame a Priscilla, mamá de Lisa Marie.